Los ciudadanos de los países islámicos protagonizan la mayor protesta desde la guerra del Golfo
Las imágenes de los helicópteros de combate israelíes bombardeando Gaza y Cisjordania el pasado jueves recordaron a los árabes sus pasadas guerras con Israel. Desde el golfo Pérsico hasta el océano Atlántico, miles de ciudadanos tomaron ayer las calles para dar rienda suelta a su rabia en el llamado Día de la Ira. Ningún agravio había logrado aunarles de este modo desde la crisis del Golfo (1990-1991). Musulmanes del resto del mundo también se unieron a la protesta.Las reacciones, con todo, variaron desde la mera retórica y los llamamientos diplomáticos hasta las protestas iracundas y declaraciones de guerra de los radicales islámicos y los grupos palestinos que pedían venganza.
En Líbano, cerca de 20.000 palestinos pidieron la ruptura de relaciones con Israel y que se eche a los diplomáticos estadounidenses de los países árabes, en las concentraciones que se llevaron a cabo en diferentes campamentos de refugiados del norte y el sur del país. Escenas similares se vivieron en Siria a la salida de las plegarias del viernes. Los manifestantes pedían a Hezbolá que bombardee Israel.
En El Cairo, un millar de musulmanes llamaron a la yihad (guerra santa) en apoyo de los palestinos. En Ammán, la Asociación de sindicatos profesionales convocó una concentración para pedir la expulsión "del embajador israelí y el cierre de la embajada del enemigo". Más de 8.000 personas acudieron a la convocatoria, que desafiaba la prohibición gubernamental tras los incidentes de la semana pasada, en los que murió un manifestante. Los organizadores islámicos, y sus aliados izquierdistas, pidieron a Hamás, que se ha responsabilizado de la muerte de numerosos israelíes, que monte una campaña de bombas para vengar a los palestinos muertos en choques con soldados israelíes.
También el líder de la plegaria del viernes en Teherán, ayatolá Ahmad Yannatí, pidió la ruptura de relaciones con Israel. "Lo menos que se espera es que los países islámicos corten sus lazos con Israel", declaró el destacado clérigo conservador iraní.
Esa medida ya había sido adoptada la víspera por Marruecos, que llamó a consultas a su representante en Tel Aviv, y por el sultanato de Omán, que ha cerrado su oficina comercial.
En Indonesia, el país con el mayor número de musulmanes del mundo, miles de personas se manifestaron en Yakarta, la capital, y el Parlamento condenó a Israel por el derramamiento de sangre. También en Malaisia y Pakistán hubo condenas. En Afganistán, el gobernante movimiento talibán pidió a los musulmanes de todo el mundo que adopten "represalias".
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