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La guerra abierta entre israelíes y palestinos estalla por sorpresa en plena mediación internacional

EE UU señaló ayer con el dedo a Yasir Arafat como responsable de la escalada de violencia entre israelíes y palestinos. El presidente Bill Clinton condenó el asesinato de dos soldados israelíes en Cisjordania y exigió un inmediato alto el fuego. Washington ha anunciado su oposición a una eventual reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU a petición palestina tras los bombardeos israelíes de ayer sobre Gaza y Cisjordania. Esta guerra no declarada ha estallado en plena campaña de mediación internacional. La UE advirtió ayer del "riesgo de estallido general" en Oriente Próximo.

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La secretaria de Estado, Madeleine Albright, efectuó ayer desde Washington una petición a "toda la comunidad internacional para que se una a EE UU y exhorte a Arafat a dar los pasos necesarios para terminar con este ciclo insensato y destructivo de enfrentamientos". Albright también pidió a los israelíes el cese "inmediato" de las operaciones militares efectuadas desde barcos, carros de combate o helicópteros en represalia por el linchamiento de dos de sus soldados en la localidad palestina de Ramala, en Cisjordania.La secretaria de Estado precisó que consideraba "justificada" la indignación del Gobierno israelí por las muertes de sus dos soldados. Con estas declaraciones, se pone en evidencia, un día más, la enorme frustración y la impotencia del Gobierno de Bill Clinton ante la espiral de violencia que se vive en Oriente Próximo desde hace unos días, y que echa por tierra las esperanzas de alcanzar un acuerdo de paz antes de que Clinton abandone el poder, el próximo mes de enero.

Clinton pidió a israelíes y palestinos un alto el fuego para poder reanudar las negociaciones de paz, que es la condición previa para cualquier diálogo. La fórmula empleada por Albright -"atravesamos un periodo muy triste y difícil"- sintetizó el sentimiento dominante en Washington de que estos sangrientos hechos han desbordado todas las previsiones, descarrilando el proceso de paz y poniendo en evidencia las limitaciones del papel de mediación estadounidense.

Contactos telefónicos

"Nuestro objetivo es que la situación no se escape de las manos y desemboque en algo aún más peligroso", declaró ayer P. J. Crowley, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad. El presidente Clinton, según informó Crowley a los periodistas, era "consciente de la gravedad de la situación"; por ello, telefoneó al palestino Arafat, al israelí Ehud Barak, al británico Tony Blair y al secretario general de la ONU, Kofi Annan. Arafat, según la versión de Crowley, dio detalles a Clinton sobre la muerte de los soldados israelíes y le aseguró que las fuerzas de la Autoridad Palestina habían intentado protegerles de la airada muchedumbre que los linchó.[Annan, que se encontraba en Líbano, exhortó a israelíes y palestinos a "optar por la contención" e interrumpió su visita a los cascos azules para regresar a Israel y Gaza "para consultas con ambas partes", informa France Presse. Por su parte, el jefe del Estado francés y presidente de turno de la UE, Jacques Chirac, deploró en un comunicado "todas las violencias" y pidió a unos y a otros que "no hagan nada que pueda dar un golpe irremediable a la paz". "Francia apoya los esfuerzos del secretario general de la ONU para poner fin a la violencia", añadía el texto. Los palestinos han solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU tras los bombardeos de ayer sobre Gaza y Cisjordania. Sin embargo, Estados Unidos ya ha hecho saber que se opone a dicha reunión.

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Washington ha aceptado sin embargo la sugerencia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, para celebrar una cumbre con israelíes y palestinos en su país. Mubarak condicionó no obstante esa eventual reunión a que los israelíes pongan fin inmediato a la violencia.]

George Tenet, el director de la CIA, era el personaje que ayer tenía Estados Unidos sobre el terreno. La agencia de espionaje estadounidense ha desarrollado en los últimos años un activo papel en la coordinación entre fuerzas israelíes y palestinas y la verificación de los acuerdos alcanzados por las partes. Washington se negó ayer a dar detalles sobre las gestiones realizadas por Tenet, pero no desmintió que estuviera en Gaza y fuera a entrevistarse con Arafat.

Al Gore y George Bush, los candidatos a la sucesión de Clinton, coincidieron ayer en responsabilizar a Arafat por la continuidad de los enfrentamientos.

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