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Lucía Graves hace memoria de 40 años de España en 'Mujer desconocida'

La autora británica refleja en su libro la fusión de las culturas en las que ha vivido

,Radicada en su vida entre dos países y tres culturas, Gran Bretaña y su inglés nativo y la España de Mallorca y Barcelona, que oscilan del castellano al catalán, Lucía Graves (Devon, 1943) rescata su memoria y "la persona que fui" en Mujer desconocida (Seix Barral). "Yo soy una persona inglesa, y a mi alrededor está también la cultura hispana, la lengua española, y también el catalán. Pretendo dar esta imagen de fusión de mundos y culturas", dice la autora sobre los retazos novelados en primera persona. Ella vive ahora en Londres después de más de cuarenta años de existencia compartida, con base y lazos en el entorno español.

Lucía Graves ha recorrido con su propio espejo y desde su biografía privada los contrastes de las transformaciones sociales y urbanas habidas en España, a la que llegó en 1946. Confiesa que necesitaba "rescatar la persona que fui" y "salvarla del propio olvido y rechazo". Hija del célebre escritor Robert Graves y ex esposa del músico Ramon Farran, Lucía habitó en Deià (Mallorca), Palma de Mallorca y Barcelona. Estudió en Oxford y se especializó en la obra de su progenitor, de la que es una de sus más relevantes traductores. Antes de presentar este libro de recuerdos matizados -primero en versión inglesa-, publicó una novela, La casa de la memoria (Seix Barral), en la que una mujer navega en el siglo XV alrededor de la expulsión de los judíos en el call de Girona.La autora dice que también en su primer título se ve bastante de sí misma y que lo narró desde una vertiente de novela histórica, sin "la sombra amenazadora de mi padre tras mi espalda. Espero tener ahora su bendición y creo que aprueba lo que hago".

Los relatos de Graves van y vienen desde los años de posguerra hasta el fulgor del posolimpismo de la Barcelona urbana y del diseño que sucedió a los Juegos Olímpicos de 1992. Indica que pretendió "comprender la propia esencia de España estudiando su lengua y literatura", y manifiesta que en los años cincuenta "Mallorca era primitiva en el campo; las profesiones agrícolas eran anticuadas manualmente, no había nada mecánico". Evocando la dictadura de Franco, explica: "Mi padre siempre decía que él era un huésped, que ésta (España) no era su casa y que no iba a salir a gritar contra el régimen". Advierte que en Mallorca "se vivía de una manera que veía muy lejana. Lo que yo escribo puede impresionar a un inglés sobre lo primitivo y esencial, que no era nada divertido para la gente local. Era posguerra y había mucha pobreza y muchas dificultades para sobrevivir". En aquel entorno, los hijos de los Graves estudiaron en el extranjero gracias a los "muchos manuscritos de sus obras que mi padre vendió a universidades de Estados Unidos".

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