Los años de la escuela oscura

Sobre los pupitres de madera oscura de doble asiento, el recuerdo de niños en blanco y negro todavía contempla la lección. La maestra dirigía la clase respaldada por las imágenes de José Antonio, una cruz y Franco. Mientras sobre la mesa, junto a su mano derecha, descansaba una bola del mundo trinchada junto a la afilada regla. Detrás de los bancos de la escuela, una pequeña capilla en la que ofrendar a la virgen, y sobre la pared -símbolo de modernidad- un cuadro eléctrico cultural disecciona las partes del cuerpo humano.En el Aula de Cultura de la CAM de Elche, la imagen de un aula de los años cuarenta cobra color durante estos días, gracias a la muestra La escuela en Elche, una mirada histórica al mundo de la enseñanza, organizada por el Museo Escolar Agrícola de Pusol y la CAM. Decenas de fotografías, elementos de una imprenta tradicional, la biblioteca, un aula, e incluso, juguetes de la época (la singular Mariquita Pérez incluida), forman parte de este recorrido cronológico y temático, que abarca desde finales del siglo XIX hasta 1970, cuando se aprueba la Ley General de Educación, la EGB. "Estábamos obligados a realizar una exposición sobre la enseñanza ya que nosotros nacimos de una escuela", asegura Rafael García, conservador del Museo de Pusol.

Las características propias a este museo etnográfico han posibilitado que con el "boca a boca" se rescaten y recopilen, durante tres años de trabajo, 800 fotografías. En la más antigua, datada en 1898, aparece una clase de niños de 10 años vestidos de militares, fusil en mano, junto a una niña vestida de camarera.

"En las fotos ha colaborado mucha gente", afirma García, "prueba del proyecto social que este museo ha tenido en mente para poder funcionar".

La muestra va acompañada de un libro en el que se narran las vicisitudes de la escuela local desde el siglo XV y donde se ofrecen artículos de una decena de autores.

En los últimos años del siglo XIX, Elche contaba con una población de 20.000 habitantes y con poco más de veinte escuelas unitarias, es decir, habitaciones lúgubres en las que se hacinaban decenas de niños de entre 3 y 13 años. En los años setenta, con una población de 150.000 habitantes, la cifra aumentó hasta las 40 escuelas.

Los sucesivos cambios ofrecidos por los gobiernos de turno se plasman también en las imágenes, como la tomada en 1932, en la que aparecen los profesores del Instituto de Enseñanza Secundaria, primera escuela pública habilitada por la República en la ciudad. Aulas laicas, proletarias, abiertas y gratuitas, frente a las imágenes de pocos años después, golpe de Estado mediante, trufadas de togas negras y niñas uniformadas.

La evolución de los escenarios, también configuró los libros de texto. Agustín Escolano, profesor de la Universidad de Valladolid, en el capítulo dedicado a los manuales asegura que son fiel reflejo del "mundo que los escribe y de la cultura que se los apropia". Escolano fija los cambios más notables producidos en la enseñanza en la reforma de los años sesenta, en la que se destierra la enciclopedia como manual unificado frente a los textos específicos de cada materia; y la proliferación de la imagen en los manuales.

En 1900, según el profesor de Historia, Miguel Ors, el 82% de la población de Elche era analfabeta (siete puntos por encima de la media española), frente al 3,5% actual. De las poco más de 20 escuelas de inicios de siglo, la ciudad cuenta en la actualidad con tres universidades, (Miguel Hernández, CEU San Pablo, y UNED), 15 centros de educación secundaria y 49 colegios. El paso del tiempo ha conseguido dejar a un lado profesores con vitola, niños con mirada de hambre y aulas con pupitres de madera oscura y doble asiento. Aunque todavía, y sin necesidad de bucear en imágenes desgastadas, se pueden encontrar barracones sin ventilación en los que aprenden decenas de niños hacinados.