Ovejero recrea en once relatos la incomunicación humana

Escribe a partir de una sensación. José Ovejero (Madrid, 1958) contó ayer, en la presentación de Qué raros son los hombres (Ediciones B), que los 11 relatos recogidos en el libro están redactados a partir de una impresión o de una idea sobre un hecho determinado. Es en ese momento cuando el escritor inicia la redacción del cuento. Un hombre que trata de no prestar atención a las mulatas que se le ofrecen en Cuba, una mujer acosada telefónicamente por un maniaco o un padre que no puede dejar de mirar a la mujer deseable en que se ha convertido su hija son algunas de las historias recogidas por el autor de Huir de Palermo en su nuevo trabajo.Según Ovejero, todas las historias recogidas en Qué raros son los hombres tienen un mismo hilo conductor: la sensación de incomunicación que acompaña a muchos de los personajes. "A los hombres nos envenena el silencio. Estamos acostumbrados a no hablar de las cosas que son importantes", dijo. "Desde pequeños hemos aprendido que los hombres no hablan, y lo hemos asumido. Hubo un tiempo en que no era así; en el Renacimiento, un hombre tenía que saber llorar y reír en público". Para Ovejero, esos silencios "generan monstruos en los hombres" y envenenan las relaciones con las mujeres, y eso es lo que trata de contar en estos 11 relatos.