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Partituras digitales

Veinticinco años de pasión por la investigación y producción electroacústica han convertido a la Fundación Phonos de Barcelona en una ineludible referencia en la creación musical contemporánea de toda España. Desde su irrupción en la escena musical barcelonesa en 1975, como Laboratorio de Música Electroacústica, su historia es una aventura creativa en la que música y tecnología se dan la mano explorando sin cesar nuevas perspectivas sonoras. "La creación musical con ordenadores ha hecho realidad las utopías de los nuevos sonidos con la integración definitiva de los instrumentos mecánicos con toda las técnicas electrónicas en tiempo real", asegura el compositor y pedagogo chileno Gabriel Brncic Isaza (Santiago, de Chile, 1942), director artístico de Phonos desde su creación.Cuando los compositores Josep Mestres Quadreny y Andrés Lewin Richter y el ingeniero informático Luis Callejo fundaron en 1974 el estudio Phonos -comenzarían sus actividades en la primavera del año siguiente, en una torre de Sarrià-, la introducción de la música electrónica en España era obra de auténticos pioneros que, como Luis de Pablo, Cristóbal Halffter, Juan Hidalgo y el propio Mestres Quadreny y Lewin Richter, se lanzaron a explorar las nuevas posibilidades creativas que la electrónica ofrecía a la práctica compositiva.

En esos años de experimentación, la incorporación de Gabriel Brncic al proyecto Phonos resultó providencial. El músico chileno, que llegó a Barcelona en 1974 tras completar su formación en Argentina en el Instituto Di Tella, donde conoció a figuras de la vanguardia musical, como John Cage, Iannis Xenakis y Luigi Nono, desempeñó un papel decisivo en la implantación de unos criterios pedagógicos que abrieron las puertas de la creación electroacústica a varias generaciones de compositores. "A mediados de los años setenta en Barcelona se vivía una gran efervescencia creativa, con un grupo de compositores jóvenes dispuestos a vivir la práctica compositiva sin cortapisas, abriendo sus mentes a las nuevas tendencias", recuerda Brncic.

"Sinceramente, echo en falta en nuestros días ese ambiente de curiosidad y vitalidad creativa", recuerda el compositor y pedagogo, que en esos años formaba parte, como intérprete de oboe y viola, del Grup Instrumental Catalá, dirigido por Carles Santos, dando ejemplo a los jóvenes compositores con una práctica artística que alterna la docencia, la composición musical y la interpretación de las obras de vanguardia.

Desde sus inicios en Sarrià a su etapa actual en el Instituto Universitario del Audiovisual de la Universitat Pompeu Fabra, donde la fundación se instaló en 1994, después de tener durante siete años su base de operaciones en la Fundación Miró, el principal objetivo de Phonos fue la normalización de la práctica compositiva con nuevas tecnologías, "Los recursos informáticos son una herramienta imprescindible para los compositores, y en estos momentos la creación musical con ordenadores abre fascinantes vías en el campo de la pedagogía, la investigación y la práctica musical", explica.

En la búsqueda constante de nuevas perspectivas sonoras, la imaginación, la sensibilidad, el talento y la voluntad innovadora de los compositores tienen su más revolucionario aliado en las nuevas tecnologías electrónicas e informáticas. "Lo fundamental es saber trabajar con los ingenieros de sonido", avanza Brncic, cuya extensa obra instrumental y electroacústica supera los 100 títulos estrenados y difundidos internacionalmente, entre ellos Coréutica, para viola y electrónica, estrenada mundialmente en 1999 en el Teatro alla Scala de Milán.

"En la creación electroacústica el compositor, el intérprete y el ingeniero de sonido trabajan unidos formando un equipo creativo", asegura Brncic mientras contempla, en uno de los laboratorios de la Fundación Phonos, al compositor Carles Tor trabajando en el ordenador su última partitura, Tonatiuh, para flauta y electrónica, junto al flautista Joan Izquierdo y el ingeniero de sonido José Lozano. Los tres artistas defienden las vías que ofrecen los recursos informáticos por su valor expresivo. "Componer con las nuevas tecnologías es una elección técnica y estética, un nuevo campo en el tratamiento del sonido que enriquece al compositor y al intérprete", aseguran.

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Desde su primer concierto oficial, en 1976, en el marco del desaparecido Festival Internacional de Música de Barcelona, en el que estrenaron obras de Llorenç Balsach, Luis Callejo, Eduardo Polonio, Anna Bofill, Javier Navarrete, Mestres Quadreny, Lewin Richter y Brncic, la actividad concertística de la Fundación Phonos ha sido constante, tanto en el terreno de las obras creadas en Barcelona como en el intercambio de producciones realizadas en otros estudios y laboratorios de sonido españoles e internacionales. "Desde nuestra primera etapa hasta finales de los ochenta, varias generaciones de compositores han creado obras en nuestros laboratorios", explica Brncic. La larga lista incluye, junto a los creadores ya citados, los nombres de Xavier Maristany, Mercè Capdevila, Josep Manuel Berenguer, Oriol Graus y el malogrado Jep Nuix.

Jose Maria Tejederas Chacon

Pasión creadora

Acostumbrados a luchar contra la incomprensión y el rechazo de los compositores e intérpretes que viven al margen de la revolución tecnológica y del gran público, que huye de los auditorios cuando ve la etiqueta de música contemporánea, los responsables de la Fundación Phonos siguen apostando por la creación electroacústica con la ilusión del primer día, celebrando su 25º aniversario con una intensa actividad que incluye 13 conciertos y 6 seminarios. Y aunque manejan un ajustado presupuesto, con cifras tan exiguas como las subvenciones aportadas por la Generalitat, el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura, que suman en total 5,5 millones de pesetas, no se quejan. "Lo importante es que con pocos recursos seguimos adelante, brindando nuestros equipos y nuestros conocimientos a todos los interesados en la creación electroacústica, un mundo que nos apasiona y que vivimos intensamente, dedicándole muchas horas de trabajo por amor al arte", afirma Brncic.

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