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La Vella de Valls gana una histórica jornada 'castellera' en Tarragona

La Vella de Valls impuso su autoridad, dominio y condición para adjudicarse el concurso bienal de castells de Tarragona, que, tras permanecer en las dos últimas ediciones en manos de los Castellers de Vilafranca, vuelve a Valls avalado por la insólita y gran expectación que había despertado la cita. El noble y extraordinario duelo entre la Vella y Vilafranca se saldó a favor de los primeros, que en la segunda ronda, al conseguir el tres de deu amb folre i manilles, alcanzaron la primera posición, defendida con su extraordinaria potencia y el orgullo que imprimen momentos tan trascendentales como el que ayer vivió Tarragona.El concurso había despertado el máximo interés y no defraudó tales previsiones, ya que durante las más de seis horas de exhibición se levantaron las construcciones castelleres más grandes conseguidas en los últimos años.

La competición ofreció emoción y pasión, y estuvo concentrada en la pugna por el título, que reunió a las colles Vella y Joves de Valls y a los Castellers de Vilafranca. La convocatoria presentó asimismo otros momentos interesantes, como la recuperación, con castells de nou, de las dos colles principales de Tarragona (Jove y Xiquets) y la extraordinaria actuación, con tres castells de vuit, de la colla menor de Vilafranca, los Xicots.

Joves, Vilafranca y Vella, por este orden, optaron por realizar una primera ronda con las construcciones de mayor envergadura que cada una de ellas había descargado este año.

Josep Lluis Sellart
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Los de Vilafranca cargan la segunda 'torre de vuit' de los últimos 100 años

La Joves coronó un quatre de nou sense folre que subió muy cómodo y que acabó cediendo por un leve defecto de forma. Los de Vilafranca se anotaron un quatre de nou amb folre i l'agulla que se cerró excesivamente y que tuvieron que trabajar con gallardía. Y la Vella se hizo con un cinc de nou amb folre en el que también tuvo que invertir una buena dosis de esfuerzo.La segunda ronda se presentaba determinante. La Joves, consciente de que su éxito dependía también de Vilafranca y la Vella no pudieran culminar sus completos programas, apostó por un seguro tres de nou amb folre, mientras que las otras dos formaciones se atrevieron con el mastodóntico tres de deu amb folre i manilles, tal como habían ensayado en las últimas semanas.

El intento de los verds subió con fuerza, pero con constantes problemas en el piso de manilles, que tenían que aguantar un peso de gran volumen, mayor a causa de los continuos movimientos. El castell cedió cuando los dosos afianzaban su posición. Por su parte, la Vella imprimió una ejecución rápida, avalada por la potencia de su ejército de camisas rosadas, que hizo más amplio que nunca el rotllo de la formación. El folre, las manilles, el tronc y la canalla, plenamente mentalizados y con moral de ganadores, realizaron sus respectivas funciones a gran velocidad, pero sin olvidar la precisión. El castell se cargó in extremis. Era la tercera vez que se veía un castell de 10 pisos, tras los dos que en 1998 levantaron los de Vilafranca y los Minyons.

La tercera ronda dejó sin puntuar a las tres aspirantes al título, ya que tropezaron en sus intentos: la Joves se quedó lejos de cargar el cinc de nou amb folre (en la siguiente manga también lo intentaron), los de Vilafranca volvieron a atacar sin suerte el tres de deu, y la Vella afrontó un castell inédito en su palmarés: el dos de vuit sense folre, que cedió cuando la aixecadora iniciaba los últimos pasos para colocarse en su posición.

La cuarta y penúltima ronda obligaba a los Castellers de Vilafranca a apostar fuerte. Afrontaron un reto importante: la torre de vuit sense folre, que minutos antes había intentado la Vella. El castell subió fuerte y, en un espléndida demostración, la màquina verda cargó la segunda torre de vuit de los últimos 100 años.

El éxito de Vilafranca pasaba la presión a la Vella, que optó por un castell que durante años habían tenido atravesado y que recuperaron hace dos meses: el dos de nou amb folre i manilles, que, en un ejercicio de lucha y gallardía, consiguieron descargar.

La última ronda, con la Joves sin opciones de ganar, pasaba porque Vilafranca cargara el quatre de nou sense folre, un castell al que nunca han dedicado mucha atención. La caída del quatre de nou aupó como vencedora a la Vella y situó a los verds en la tercera plaza.

La lucha por la cuarta plaza también tuvo momentos vibrantes entre las dos colles principales de Tarragona: la Jove se anotó el tres de nou y el cinc de vuit en un destacado esfuerzo, que les permitió aparcar la mala suerte que les ha acompañado este año y mantener su condición de colla de nou iniciada hace siete años, y los Xiquets ofrecieron una buena imagen y se apuntaron el tercer castell de nou de su trayectoria.

Muy meritoria fue la exhibición de los Xicots de Vilafranca, que ayer logró cargar sus primeros tres de vuit y torre de vuit amb folre, en un acto de calidad y bravura. Los Castellers de Barcelona y los Capgrossos de Mataró compartieron la sexta plaza y fueron las únicas agrupaciones, de las 18 que participaron, que no tuvieron ninguna caída. De hecho, de las 76 construcciones que intentaron ayer las formaciones participantes, 29 cayeron, una proporción muy superior la que es habitual en el mundo de los castells y que evidencia las intenciones de los responsables de las colles de levantar las mejores construcciones de cada formación.

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