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Los amigos del astronauta

Miedo

Todo está planificado al segundo y al milímetro en la base espacial Kennedy de la NASA, desde la distancia a la que pueden acercarse los visitantes a los transbordadores hasta las jornadas de los astronautas antes de una misión, pasando por las operaciones previas a un lanzamiento, como el del Discovery, con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS) que estaba previsto para esta madrugada pero anoche tuvo que ser atrasado al menos 24 horas por problemas técnicos.En el programa diario de los astronautas hay un poco de tiempo para que estén con sus familiares más directos, aunque ni siquiera pueden ver a sus hijos pequeños, más propensos a contraer enfermedades y contagiarlas que los adultos. "Miguel está muy bien, cada día mejor, antes estaba un poco preocupado, pero ahora está como un niño deseando que empiece su fiesta de cumpleaños", comentaba en la noche del miércoles Daria, esposa del astronauta de la NASA Miguel López-Alegría. "Está que da envidia verlo", decía su padre, Eladio. Nicolás, el hijo de un año de López-Alegría, lleva ya un mono azul de astronauta de la NASA que le ha regalado su abuelo paterno, pero no ha podido ver a su padre durante toda la semana.

Los familiares e invitados del astronauta nacido en Madrid hace 42 años y criado en EE UU, casi 300 personas, llegadas muchas de ellas de California y de España, se reunieron en la noche del miércoles en una fiesta informal en el Club de Oficiales de la base Patrick.

"No me extraña nada que sea astronauta; yo, si hubiera podido, también lo habría sido", afirmaba rotundo Eladio, militar primero e ingeniero aeroespacial después, que trabajó más de 20 años en EE UU, en la empresa McDonell Douglas, y que aún ahora, a sus 80 años, dice que iría al espacio si le dejasen. "Tirarme a un ruedo a torear, eso no; pero subirme a un transbordador... sin problemas", comentaba. A la pregunta ¿Cree que Miguel tiene miedo? contestó el padre del astronauta: "¿Miedo? Eso del miedo, ¿qué es?".Daria, suiza de origen, coincide en que su esposo no tiene miedo. En cuanto a ella, "sólo cuando me paro a pensarlo mucho. No puedo tener miedo, pero la verdad, cuando tu esposo está ahí en la nave rodeado de toneladas de explosivos... pero si debe morir morirá feliz". "Miguel es una persona muy equilibrada y muy concentrada en lo que hace y con él parece que todo está bajo control, que todo está bien".

López-Alegría, que ya ha estado una vez en órbita, en 1995, lleva tres años preparando esta misión, tres largos años en los que el programa ha cambiado varias veces y el lanzamiento ha sufrido retrasos por los ajustes de los plazos de construcción de la ISS. Esos cambios han sido lo más duro de la preparación, comenta Daria: "Al final eso ha sido lo más estresante y por eso Miguel viene diciendo: '¡No quiero más cambios, quiero ir al espacio ya!".

Está previsto que la actual misión del Discovery, con siete astronautas, dure casi 11 días y que cuatro de los miembros de la tripulación, entre ellos López-Alegría, realicen cuatro paseos espaciales en la ISS. Desde la base de Cabo Cañaveral despegan cinco o seis transbordadores al año, asi que un lanzamiento más es una rutina preparada con toda minuciosidad y que culmina con la emoción del despegue y los aplausos de rigor.

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