Montehermoso se convierte en un gran escenario para celebrar los 25 años del Festival de Teatro

Cinco lustros de teatro dan mucho de sí. La exposición 25 años en la escena ha acaparado prácticamente el Centro Cultural Montehermoso de Vitoria para recordar lo que ha sido el Festival Internacional de Teatro de la capital alavesa y, por extensión, lanzar una vasta mirada por los entresijos del arte dramático. En 2.200 metros cuadrados se recuerdan todas las ediciones del certamen, pero también se atiende a los distintos géneros teatrales. Como colofón, se exponen las escenografías originales de los principales grupos que han pasado por Vitoria durante estos años.

La visita se recomienda guiada y no es para menos. La muestra 25 años en la escena, producida por el propio centro Montehermoso con un presupuesto de 20 millones, recorre la pequeña historia del festival alavés, aunque también atiende a la actividad escénica en general. Desde hoy y hasta el próximo 10 de diciembre, todo el edificio está invadido por el teatro: ya desde el claustro, una poderosa figuración de La Dama de la Noche, el personaje de La flauta mágica de Mozart, suspendida en el aire bajo un cielo estrellado, da la bienvenida al visitante.En la planta baja, el itinerario continúa con la historia del certamen. Unos paneles en forma de serpiente presentan todos sus carteles y programas desde que en 1975 un grupo de aficionados, respaldados por la Diputación, pusieran en marcha una programación teatral en la árida Vitoria de entonces. La evolución en calidad y cantidad es patente mientras se sigue la progresión del festival durante estos años y se percibe un interés por presentar en Vitoria lo mejor de cada temporada en todos los géneros escénicos.

A esta variedad trata de responder la exposición de la primera planta: se comienza con una alegoría inevitable del teatro de calle para concluir en el teatro clásico tras pasar por el café teatro, el músical, los títeres, el teatro experimental y el clásico. Especial atención merece el mundo de los títeres, con escenografías y muñecos de grupos vascos como Pantha Rei o Kukubitxo, sin olvidar una referencia al teatro negro.

El recorrido concluye en la ambiciosa sala que es el antiguo depósito de aguas, un espacio idóneo para albergar algunas de las mejores escenografías que han pasado por Vitoria. El Teatro de la Abadía, dirigido por José Luis Gómez, colabora con los escenarios de El señor Puntila y su criado Matti, de Bertolt Brecht; los Entremeses de Cervantes, y el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, de Valle-Inclán.

Dagoll Dagom ha dejado la escenografía de El Mikado, mientras que Els Joglars aportan algunos objetos de las obras que han presentado en Vitoria (Yo tengo un tío en América, La torna, Ubu president, Columbi lapsus,...) lo que se presenta como un minimuseo del grupo catalán.

La participación de La Cubana es chispeante y kitsch como sólo sabe hacerlo esta compañía, mientras que Comediants colaboran con una más que sugerente mesa de comedor con ecos de su obra Mediterrània. El recorrido por las escenografías se completa con las de Teatro Paraíso y Achiperre, en el apartado infantil, y las de Philippe Genty, actor francés que ha obtenido en dos ocasiones el premio del público del certamen vitoriano.

El recuerdo de estos 25 años no se queda en estos 2.200 metros cuadrados de exposición. Durante estos tres meses, se van a realizar actividades paralelas, como la presentación el próximo 27 de octubre (20.00) del libro homónimo 25 años en la escena. El 11 de noviembre, se celebrará (11.00) una mesa redonda sobre el teatro infantil, y seis días después (20.00), otro coloquio acerca de los grandes hitos del festival. Además, habrá actuaciones de teatro de bolsillo, una muestra para pequeños espectadores y sesiones de teatro infantil.

La organización de la exposición 25 años en la escena recomienda las visitas guiadas, que se pueden concertar en el teléfono 945 161830. Además de la explicación de las distintas exposiciones, el recorrido estará animado por actores profesionales.