La senda de Buffalo Springfield

En medio de un ambiente de público muy receptivo a las claves musicales norteamericanas en su vertiente más clásica, se presentaba en Madrid el grupo Beachwood Sparks, un cuarteto de Los Ángeles con un solo disco a sus espaldas y que aportan la propuesta de revitalización del pop de 2000 mediante la vuelta a la música californiana de hace tres décadas. Buffalo Springfield, The Byrds o Gram Parsons son las principales referencias de este grupo, que en directo resultan más intimistas y crepusculares que en versión grabada. Ataviados con flequillos, pantalones y camisas vaqueras y mocasines de ante, sus componentes parecían, más que rockeros del presente, universitarios de la época hippy de Berkeley. Su orquestación se basa en bajo, guitarra -acústica o eléctrica-, batería de tempo tan sencillo como efectivo, guitarra slide -o cuello de botella- y órgano que se manifiesta en los viejos sonidos al estilo Doors, muy de L.A. también.

Asimismo, la dulzura campestre de sus voces y sus coros -cantan los cuatro- remite al principio de los añejos Flying Burrito Bros. Sin embargo, sus composiciones -Desert skies, Silver morning after o la deliciosa New County- revelan que no se trata simplemente de un grupo de revival.

Beachwood Sparks tienen sensibilidad del presente, sus melodías tienen cierto toque indie y se perfilan como una de las salidas posibles al estancamiento estético por el que atraviesa el pop en la actualidad. Una salida ciertamente interesante.