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El 'ejército secreto' de Arafat organiza la nueva Intifada y se niega a dejar las armas

Tanzim, la Organización en árabe, que es el ejército secreto de Yasir Arafat, se niega a aceptar un alto el fuego. Su jefe supremo, Marwan Barghouti, ha asegurado desde su cuartel general de Ramala que no dejará por ahora las armas ni abandonará el campo de batalla. Los miembros de esta milicia, distribuidos por todos los rincones de Cisjordania y Gaza y constituida, según los servicios de espionaje israelí, por cerca de 120.000 hombres y un arsenal de 30.000 armas, continuarán asesorando a los jóvenes lanzadores de piedras para asegurar la continuidad de la nueva Intifada.

"Cuando sea mayor quiero ser un Tanzim", afirma sin un momento de duda Mohamed, de 12 años de edad, al pie de la carretera que une Jerusalén con Ramala, a su paso por el campo de refugiados de Kalandia, convertido desde hace más de siete días en escenario de los enfrentamientos entre los jóvenes palestinos y los soldados israelíes.Mohamed aprieta con fuerza en su mano derecha un puñado de piedras, mientras espera impaciente la orden de un joven -un miembro de la milicia de los Tanzim-, que, agazapado en una callejuela cercana, le aconseja que espere unos minutos, hasta que una ráfaga de viento se lleve el humo del neumático que está ardiendo hasta la posición de los israelíes. Entonces podrá arrojar con toda impunidad sus piedras.

Las milicias de Tanzim se encuentran distribuidas en todas las ciudades, en todos los barrios y campos de refugiados de Cisjordania y Gaza. Sólo en Ramala existen 10 centros de entrenamiento y concentración de los Tanzim, además de su cuartel general, que dirige su líder, carismático e indiscutido, Marwan Barghouti, amigo personal del presidente Yasir Arafat y a la vez miembro destacado del partido gubernamental Al Fatah y del Parlamento palestino por la circunscripción de Ramala.

Tanzim es una prolongación del partido mayoritario Al Fatah, aunque a la cabeza de la milicia se encuentra su propia organización, constituida en su mayoría, como el propio Barghouti, por militantes destacados de la primera Intifada, que después de haber pasado por las prisiones israelíes se convierten automáticamente en miembros de su Consejo Supremo.

El poderío y la influencia de los Tanzim les ha permitido en los últimos años plantar cara a los servicios de seguridad oficiales de la Autoridad Nacional Palestina, oponiéndose incluso por la fuerza a los intentos que se han hecho por controlar o restarles armamento.

El penúltimo intento de las fuerzas de seguridad palestinas de desarmar a los Tanzim originó un enfrentamiento abierto hace dos años entre la Inteligencia Militar, que lidera Musa Arafat -primo de Yasir Arafat- y las fuerzas de Marwam Barghouti. Los combates fratricidas en pleno centro de Ramala se saldaron con la muerte del niño palestino-español Wasim Al Tarifi y una campaña de descrédito que estuvo a punto de costarle el puesto al propio Musa Arafat. "Cuando se establezca el Estado de Palestina, los Tanzim nos convertiremos en un partido. Las armas las entregaremos a las autoridades legales de este Estado", ha afirmado en más de una ocasión Marwan Barghouti, desde su cuartel de Ramala, su ciudad natal, de la que fue expulsado en 1989 en plena Intifada, tras ser detenido por el Ejército israelí. Esto le llevó durante unos años a Túnez, a formar parte del aparato administrativo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

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Marwan Barghouti no se dejó corromper nunca por las costumbres y las prácticas licenciosas de la OLP en el exterior, lo que le permitió volver a casa, Ramala, con la cabeza alta, como un "hombre del interior" y "de los nuestros", capaz de enfrentarse al mismo tiempo a las fuerzas de seguridad israelíes y a los aparatos administrativos que los "tunecinos" trajeron del exilio y sobre los que Arafat trata de edificar el nuevo Estado. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, responsable último de los Tanzim, maneja con habilidad y discreción los enfrentamientos y rivalidades de su ocho diferentes cuerpos de seguridad, incluidos los Tanzim, asegurándose así el prestigio que le hace ser un punto de equilibrio.

Sin embargo, la organización de los Tanzim es demasiado compleja e intrincada. En los últimos tiempos ha sufrido escisiones importantes. Un grupo de antiguos Tanzim han constituido hace poco una nueva organización: Los Halcones de Fatah. Su cuartel general está en el campo de refugiados de Balata, en Nablús, al norte de Cisjordania. El armamento lo han conseguido de contrabando a través de Jordania y Egipto, o comprado a las mafias israelíes.

"No vamos a dejar las armas. Nadie nos ha comunicado que hay un alto el fuego", insistía ayer el jefe de los Tanzim. La nueva Intifada continúa.

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