Gurruchaga huye de su personaje provocador en 'Tómatelo con calma'
El cantante 'resucita' La Orquesta Mondragón en su nuevo disco
Después de cinco años de silencio, el polifacético Javier Gurruchaga ha resucitado La Orquesta Mondragón y publica Tómatelo con calma, un disco que presentó anoche en Madrid y en el que el cantante se muestra más contenido. Con letras de autores como Joaquín Sabina, Pancho Varona, Moncho Alpuente y, sobre todo, Manolo Tena, el nuevo álbum quiere reivindicar la faceta de músico y cantante de Javier Gurruchaga, por encima de la imagen de personaje provocador y gamberro que se tiene de él.
No es fácil poner el límite de dónde empieza La Orquesta Mondragón (OM) y dónde termina Javier Gurruchaga. Para Javier Gurruchaga, sin embargo, ese límite no existe: "La OM y Javier Gurruchaga son una especie de Jekyll y Hyde, pero no sé muy bien quién es quién. Lo que sí se mantiene son las mismas ganas de cantar".Esas ganas de cantar quedan sofocadas en Tómatelo con calma, un disco en el que Gurruchaga ha compuesto la mayoría de la música. Además de las canciones que le han escrito los colaboradores de lujo con los que ha contado, se ha atrevido a poner en mambo Light my fire, de The Doors, traspasar al castellano con ayuda de Moncho Alpuente el clásico del soul Get ready, de Somkey Robinson, y hacer una versión muy respetuosa de Alabama song, de Kurt Weill y Bertolt Bretch.
La proyección pública de Gurruchaga ha ido siempre más allá que sus escarceos con La OM, a pesar de que de ella salió. Satírico conductor de polémicos programas de televisión, actor con papeles extremos en multitud de películas, tertuliano irreverente, protagonista de musicales políticamente incorrectos y un delicado asunto judicial del que al final salió absuelto, han contribuido a crear un personaje al que ahora cuesta percibir como estrella de rock. Gurruchaga reconoce que él creó ese monstruo, pero afirma: "Ha llegado la hora de reivindicar mi faceta como músico, como cantante, y creo que en eso soy bastante bueno". Aun así no reniega de los excesos de su pasado. "Los personajes me han devorado", reconoce, "pero yo los sigo fomentando. Ahora mismo tengo una película a punto de estrenar en la que hago de inquisidor del siglo XVIII , y otra de asesino en clave de comedia con Gabino Diego".
"Aunque ya no salgo de tertuliano satírico", continúa el cantante, "todo ha contribuido a un encadenado de personajes que devoran al que ahora quiero reivindicar y, bueno, las canciones hablan por sí solas. Estoy muy satisfecho del disco, pero soy consciente de que la gente va configurando un estereotipo y es difícil que me vean cantando con mi orquesta y haciendo música".
Babelia
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