Agricultura pone en marcha un plan para evitar el fraude en la venta de leche

El Ministerio de Agricultura ha puesto en marcha un plan para evitar la venta de leche de baja calidad a precios baratos al consumidor. El departamento dirigido por Miguel Arias Cañete está desarrollando un seguimiento directo de todas las leches y muy especialmente de las que se venden por debajo del coste y que se supone que utilizan sucedáneos. Estos trabajos ya han desembocado en la apertura de varios expedientes a operadores del sector.Actualmente, los precios de la leche en origen se sitúan en una media para un producto con cuota y de calidad por encima de las 50 pesetas. A esta cifra se suma el coste de unas 16 pesetas del cartón. Sumados los gastos de recogida, transformación y distribución, se considera que el precio mínimo de venta al público para un litro de leche debe estar por encima de las 80 pesetas. Frente a estos costes medios, es posible encontrar en el mercado leches a precios con segundas marcas o marcas blancas de la distribución muy por debajo de las 70 pesetas. En este momento se están vendiendo leches de calidad más que dudosa a bajos precios, tanto de procedencia nacional como francesa.

La venta de estas leches solamente es posible si se adquiere en el campo una materia prima ilegal fuera de cuota que se paga unas 10 pesetas litro por debajo de la leche con cuota o si esa materia prima es de mala calidad y no se puede comercializar. Igualmente es posible vender leche barata si en lugar de leche se meten en el cartón sucedáneos como permeatos, que tienen un bajo coste.

El plan de actuaciones del Ministerio de Agricultura para poner orden en el sector está dirigido a la producción, a los compradores que actúan en el campo, a la industria, la distribución y a las comunidades autónomas que tienen competencias en la materia.

Por parte de la industria, los propios fabricantes se propusieron hace unos meses una política de autocontrol para evitar la venta de leche de mala calidad a bajos precios. A pesar de la puesta en marcha de este mecanismo, Agricultura no ha renunciado a llevar a cabo sus propios controles.

En la misma línea, la Administración también ha mantenido contactos con los grandes grupos de distribución para que, antes de poner una leche en venta, analicen la misma, y también para ver si se venden productos a pérdidas o por debajo del coste, algo prohibido por la legislación.