Una ciudad convertida en escollo de la paz

Jerusalén, la ciudad que reúne lugares sagrados para judíos, musulmanes y cristianos, es la clave del bloqueo del proceso de paz, el último escollo en las duras negociaciones que enfrentan a israelíes y palestinos. Y el mayor problema está en apenas un kilómetro cuadrado de terreno que se encuentra en el corazón de la ciudad vieja, la Explanada de las Mezquitas, que los palestinos perdieron en 1967 y que los judíos llaman el Monte del Templo. El Monte del Templo, en la ciudad vieja de Jerusalén este, es el lugar donde los judíos ubican el primer y segundo templos de los tiempos antiguos. En la parte exterior está el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para el judaísmo. Para los judíos religiosos, el Monte es el lugar donde tendrá lugar la redención cuando venga el Mesías. Así que entregarlo, para ellos, sería como entregar su redención.

El mismo lugar es conocido por los musulmanes como Haram al Sharif, y contiene el Domo de la Roca y la mezquita Al Aqsa. Los musulmanes creen que el profeta Mahoma ascendió a los cielos en un caballo alado desde la roca del Domo. Ahí le enseñó Alá cuándo y cómo rezar, uno de los cinco pilares del islam.

También están los lugares cristianos en Jerusalén, que incluyen la iglesia del Santo Sepulcro -en el lugar en el que se cree que se produjo la crucifixión-, la iglesia de Juan el Bautista y la Vía Dolorosa.

Las opciones que se han barajado para Jerusalén, conforme a la BBC, son: 1. Soberanía israelí como capital "eterna e indivisible". Los palestinos no lo aceptan. 2. Soberanía compartida de los lugares santos. Los palestinos también quieren la soberanía de Jerusalén este, ilegalmente ocupada por Israel desde 1967. 3. Capitales gemelas. Barak propuso dos capitales gemelas (Al Quds para los árabes y Jerusalén para israelíes), pero esto no resuelve la cuestión de los lugares sagrados, porque Al Quds no incluiría el Monte del Templo. 4. Soberanía internacional o "de Dios". Un estatuto especial internacional debido precisamente a su carácter religioso.