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Cinco pacientes contagiados en el Hospital de Figueres sufren hepatitis C aguda

Los infectados coincidieron en el servicio de urgencias del centro el mismo día

Los cinco pacientes contagiados de hepatitis C en el Hospital de Figueres, reconocidos oficialmente hasta ayer por el Departamento de Sanidad de la Generalitat, coincidieron en el servicio de urgencias el pasado 4 de junio en una franja horaria de 14 horas y fueron sometidos a tratamiento intravenoso. La dirección del centro reveló ayer que otras siete personas están en fase de estudio para determinar si tienen el virus. Otras 36 personas, tratadas en urgencias el mismo día, han dado negativo en los análisis. La investigación abierta no ha podido hallar aún el origen del contagio.

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El alcalde de Figueres y presidente de la junta del patronato del Hospital Comarcal, Joan Armangué, acompañado del director médico del centro, Ángel Gómez, compareció ayer en rueda de prensa para revelar detalles de un caso que se ha silenciado durante más de un mes.Según la versión ofrecida por el centro hospitalario, a principios de agosto, se empezó a detectar en el servicio de digestología un incremento alarmante de casos de hepatitis C. Se constató que todos ellos habían sido atendidos el mismo día en el servicio de urgencias del hospital. Armangué y Gómez insistieron ayer en que el hospital actuó de forma "diligente, escrupulosa y honesta" y que informaron inmediatamente al departamento de Sanidad de la Generalitat de Cataluña.

Los cinco pacientes cuyos análisis han revelado que resultaron infectados-tres hombres y dos mujeres, mayores y de mediana edad- padecen hepatitis aguda del tipo C, la forma más grave y que puede dañar el hígado de forma irreparable.

La investigación no ha podido de momento determinar las causas del contagio. Todo apunta, sin embargo, a una mala práctica profesional o una deficiente esterilización de instrumental médico. Ninguno de los pacientes analizados recibió una transfusión de sangre, aunque sí fueron sometidos a algún tipo de tratamiento parenteral "como un pinchazo o un análisis", según aseguraron ayer Gómez y Armangué. Gómez añadió que se barajan diversas hipótesis sobre las causas del contagio aunque no quiso avanzarlas "para no crear alarma social", dijo. Ninguna de las cinco personas infectadas permanece ingresada o recibe tratamiento en el centro de día del hospital.

El director médico también reconoció que hay entre cinco y siete pacientes más en los que todavía no se ha podido determinar si tienen la infección, ya que se está a la espera de realizar nuevas pruebas, pero insistió que en todo momento se les ha informado de la situación.El mutismo con el que el hospital comarcal de Figueres ha actuado en este caso de contagio ha indignado al comité de empresa. A lo largo de un mes, ninguno de sus miembros ha sido informado de las infecciones ni del inicio de la investigación que están llevando a cabo el Departamento de Sanidad catalán y el propio centro hospitalario.

El presidente del comité de empresa, el cirujano Ferran Gómez Castellà, que se enteró de la existencia de una investigación el miércoles por la tarde a través de este periódico, reconocía ayer que la dirección médica no les había comunicado todavía oficialmente la existencia del brote. No fueron informados ni tan siquiera los miembros del comité de seguridad y salud laboral del hospital, a quienes se debe comunicar cualquier situación de riesgo para el personal del centro, según la Ley de Riesgos Laborales.

Luis Lozano, miembro del comité de empresa y a la vez del comité de seguridad y salud laboral del centro, señaló que el mutismo de la dirección hospitalaria en este contagio "es un hecho más de la política de falta de diálogo que practica la gerencia respecto a sus trabajadores".

El delegado de Sanidad en Girona, Josep Maria Padrosa, justificó ayer el secretismo que ha envuelto el caso desde el principio alegando que se trata de una infección circunscrita a una fecha y a un lugar muy concreto. En opinión de Padrosa, era suficiente con citar personalmente a la población susceptible de haber resultado infectada, en lugar de causar alarma con una alerta pública cuando, a su juicio, no era necesaria.

Médicos consultados ayer expresaron su perplejidad por el largo tiempo que el contagio ha permanecido en secreto, dada su gravedad, y mostraron sus dudas sobre la posible publicación de los resultados de la investigación una vez hubiera concluido. El estudio epidemiológico empezó a partir del momento en que el hospital comunicó a la Generalitat el brote de hepatitits C, el pasado 17 de agosto. Las personas llamadas son en su mayoría ancianos o pacientes de mediana edad. No hay ningún niño entre ellos.

Por otra parte, ningún familiar o persona próxima de los cinco pacientes infectados han sido contagiados durante el tiempo transcurrido desde la infección hasta ser llamados por el hospital. Las relaciones sexuales o el intercambio de utensilios que puedan contener restos de sangre -cepillos de dientes, maquinillas de afeitar, etcétera- pueden contagiar la hepatitis C, aunque se da con poca frecuencia.

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