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UNA DECISIÓN JUDICIAL DRAMÁTICA

Los jueces británicos sentencian que se intente salvar a una siamesa aunque muera la otra

El abogado de los padres estudia apelar a la Cámara de los Lores para evitar la operación

Isabel Ferrer

Jodie y Mary, las siamesas unidas por el abdomen y nacidas el pasado 8 de agosto en Manchester, deben ser separadas. La operación, aprobada ayer de forma unánime por el Tribunal de Apelación de Londres, conllevará la muerte de Mary, que sobrevive gracias a la sangre oxigenada recibida de su hermana. Los jueces facultan a los médicos para que intenten salvar a Jodie, ratificando un fallo anterior del Supremo, que ya sancionó la intervención al poco de nacer las niñas. Es probable que los padres recurran a la Cámara de los Lores para evitar la operación. Prefieren perderlas a ambas a tener que elegir.

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"Una resolución atroz"

Según los pediatras y cardiólogos que atienden a las pequeñas desde hace seis semanas, el tiempo corre en su contra. Si la futura decisión de los Lores sigue sin satisfacer a una de las partes, el caso podría acabar en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. La dilación propia de dicho trámite comprometería aún más la situación de las siamesas, todavía metidas en una incubadora del hospital Saint Mary de Manchester.Jodie, la más fuerte de las dos, mantiene en realidad las constantes vitales de Mary, con un cerebro, corazón y pulmones defectuosos. Aunque los especialistas han sugerido que podrían seguir así incluso dos años, la opinión generalizada es que no superarán los seis meses. Es más, para evitar que Jodie sufriera daños cerebrales irreversibles, lo mejor sería separarlas cuando cumplan dos meses.

Criterio utilitarista

Era la primera vez que el Tribunal de Apelación británico se enfrentaba a un caso de estas características con padres y médicos apelando al derecho a la vida de forma irreconciliable. Sus tres jueces, Henry Brooke, Robert Walker y Alan Hilton Ward, reconocieron ayer haber pasado noches en vela antes de adoptar una "resolución atroz en la que no hay ganadores ni perdedores". A lo largo de 70 páginas, argumentan que han debido analizar aspectos del derecho penal que no habían sido revisados a fondo durante siglos. En primer lugar, han dejado claro que la salvación de Jodie no suponía el asesinato de su hermana y, con éste, el encarcelamiento de los cirujanos. "La pregunta parecía simple: ¿matas a una y cometes un crimen para salvar a la otra, o bien las dejas morir a las dos?", dijo el juez Ward antes del fallo. Según la sentencia, los cirujanos no entrarán en el quirófano con ánimo de deshacerse de Mary, sino en un intento de salvar a Jodie. En caso de que ambas sucumbieran, tampoco podrían ser condenados.Luego ha sido preciso establecer la posición legal de Mary, que vive a expensas de Jodie desde el punto de vista clínico. Se trataba de saber si es un ser humano completo con los mismos derechos que su hermana, alerta y vivaz y con un cerebro en apariencia intacto. Aquí es donde los jueces han llegado a la conclusión de que la siamesa más débil "le está arrebatando la sangre, y con ella, la vida a su hermana, que pronto fallecerá de no evitarlo los médicos". Para los jueces su existencia es "parasitaria" y, por tanto, legítimo y aceptable volcarse en Jodie aunque Mary muera en la mesa de operaciones. "Tiene una posibilidad razonable de llevar una vida normal y hay que intentar dársela", señala la sentencia. Los especialistas no saben el grado de minusvalía que padecerá Jodie, pero sí que precisará numerosas operaciones para poder andar -sus columnas están fundidas-, y para efectuar sus necesidades fisiológicas más elementales -comparten el aparato digestivo, genital y urinario.

Conscientes de que han aplicado un criterio utilitarista del derecho, los tres jueces han advertido ya que la opinión pública estará dividida por su decisión. "El 50% pensará que hemos obrado bien. La otra mitad creerá que hemos enloquecido", admitió el juez Ward, él mismo padre de gemelas, que asegura haber pasado el peor rato de su vida pensando en los padres y en el juicio salomónico que se esperaba del Tribunal. "Vas a tener gemelos, algo maravilloso, y nacen así. Qué crueldad."Una vez conocido el fallo, John Kitchingman, abogado de los padres, anunció que discutiría con ellos la posibilidad de apelar a la Cámara de los Lores. La pareja viajó al Reino Unido cuando supo que el embarazo era de siamesas y sigue opuesta a la operación por motivos morales y religiosos. Devotos católicos como el 97% de sus convecinos en la isla de Gozo, en Malta, sostienen que no pueden reclamar la vida de Jodie a cambio de la de Mary.

El arzobispo católico de Westminster, Cormac Murphy-O´Connor, apuntó ayer que la sentencia sentaría un peligroso precedente "al permitir a otros médicos matar a un inocente para salvar a alguien". Antes de conocerse el fallo, Ersilio Tonini, cardenal emérito de Rávena, al noreste de Italia, había ofrecido a los padres una plaza gratuita en un centro de la ciudad para niños con enfermedades terminales. Allí podrían cuidar a sus hijas hasta que fallecieran de forma natural.

En Gozo, la isla mediterránea de Malta donde residen todos los familiares de las siamesas, un 70% de la población es partidaria de separarlas cuanto antes, según un sondeo efectuado por un rotativo local. En Manchester, sin embargo, los cirujanos del hospital Saint Mary preferirían intervenir una vez resueltas todas las apelaciones posibles del caso. Sólo un repentino agravamiento de la salud de Jodie les llevaría a actuar antes.

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