Un ex ingeniero convierte en arte su nuevo oficio de ebanista Muebles a la medida
Los muebles, como los tiempos, cambian, y al igual que los trajes, también se hacen a medida. "¡Y no son más caros! Como mucho, puede que cuesten un 10% más que los que se fabrican en serie. Pero, si son exclusivos, tienen calidad, y colman el gusto y deseos del cliente, ¿no merece la pena comprarlos?", argumenta Javier Díez Sánchez, un ingeniero técnico industrial que un día cambió las instalaciones eléctricas de alta tensión y los transformadores por las herramientas, más delicadas, de la ebanistería.
Sencillez, sobriedad, armonía en sus líneas; ausencia de todo elemento superfluo o decorativo en exceso; elegancia... Así son los muebles que le piden a Javier sus clientes, que, según cuenta, han ido llegando hasta él a partir de los comentarios vertidos, "boca a boca", de quienes han tenido la ocasión de conocer alguno de los objetos por él fabricados. "También es verdad que mis clientes saben lo que quieren", precisa Díez. "La mayoría ha amueblado más de una casa, pasa de los 40 años de edad, y busca que el mueble que encarga le acompañe, quizá, para siempre. Me esfuerzo para que mis muebles tengan... ¿cómo decirlo? un aire de perdurabilidad", explica.
A Javier, que es de tierra adentro -nació en Plasencia (Cáceres) en 1958- le fascinaban de pequeño las maquetas de barco. Pero, de mayor, durante los estudios, le dio por la electricidad. De modo que acabó ingeniería. El final de la Expo 92 fue, sin embargo, para él, el momento de plantearse en serio la posibilidad de trabajar la madera. Aquel sueño que albergaba desde niño podía hacerlo realidad. Así, en el garaje de su casa de Coria del Río instaló su primer banco de carpintero y empezó su andadura como ebanista.
Hoy, ocho años después, desde el taller que ahora regenta en Dos Hermanas, sigue pensando que el mueble ha de ser siempre, "por encima de todo", el reflejo preciso y exacto de cada deseo del cliente.
Su mujer, Teresa Muñoz, arquitecta, lo explica así: "Javier", suelen comentar mis colegas, "capta muy bien las ideas que queremos que plasme cuando le presentamos un proyecto". Quizá por esto han sido elegidos ya algunos de sus muebles para formar parte de catálogos y revistas. Su dormitorio alcoba Almonacid fue seleccionado para figurar en el Inventario del Diseño (Industrial) de Andalucía de 1999.
Bibliotecas, mesas, armarios, mesillas de noche, librerías... -"salvo sillas", puntualiza Díez-, todo puede hacerlo. Sus muebles están hoy en algunas casas de Granada, Málaga, Jaén, Cáceres...
Árboles favoritos para él son el arce, el cerezo, el roble... "Porque son maderas muy agradecidas a la hora de trabajarlas", aclara. No desprecia las últimas técnicas incorporadas a la carpintería, ni los productos artificiales como el tablero aglomerado de alta densidad o el contrachapado. "Lo ideal es combinar la madera maciza, noble, con los adelantos que te ofrece el mercado. Es absurdo empeñarse en hacer unos cajones ensamblados en espiga, que no se van a ver, cuando la técnica ofrece soluciones perfectas y duraderas", explica.
Por lo demás, el afán de Díez es hacer las cosas lo más sencillas posible. Por eso los tiradores él los hace vaciando la madera. Aunque, en última instancia, siempre será el cliente el que elija. No sólo porque es él el que paga; también porque ese mueble va a acompañarle toda la vida. "Y es en esa convivencia diaria con el mueble, cuando descubrirá si ha acertado al elegir el ebanista", insiste en precisar Javier Díez.
Pensar mucho en un mueble. Reflexionar sobre cómo ha de hacerse hasta reunir y fijar en una sola idea todos los deseos del cliente. Ese es el secreto. Hoy las casas son más pequeñas, las habitaciones reducidas, muchas personas viven solas o con un solo hijo; las necesidades, en cuanto a mobiliario, tampoco son las mismas. Por eso, lo primero que Díez se plantea es hacer "algo útil"; "arte sí, pero útil", recalca.
Desde el primer momento, este ebanista, que echa de menos a jóvenes que quieran aprender el oficio, se impuso unas pautas: ahorrar material, simplificar las formas, adaptar el objeto al espacio... Desde luego no es poco, no; pero ha conseguido abrise camino. Ahora su principal preocupación es que la gente comprenda que un mueble hecho a medida, si se piensa en la calidad de vida que puede ofrecer, va a ser, siempre, un objeto de deseo.
JOAQUÍN MAYORDOMO
DirecciónPol. Ind. Ciudad Blanca 41700 Dos Hermanas (Sevilla)
Telf. 954 72 70 41
Empleos
3
Facturación
14 millones
Producción
Diseño y realización
de mobiliario
Un mueble ha de ser siempre, y por encima de todo, el reflejo preciso y exacto de los deseos del cliente
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