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La UE debe aumentar un 66% su inversión en ciencia para ser competitiva

Un informe pide que en 10 años se destine el 3% del PIB a Investigación y Desarrollo

Gabriela Cañas

En la cumbre de Lisboa del pasado marzo los mandatarios de la Unión Europea se propusieron cruzar el océano sin disponer de aeroplano; sólo tienen un automóvil. Con este símil resume el presidente del panel de expertos europeos la situación de la investigación y el desarrollo (I+D) en la UE. Para que Europa afronte los retos de la nueva economía, dicen los expertos, hay que superar el 3% del PIB en I+D en 2010 (ahora está en el 1,8%), estimular la inversión privada y, sobre todo, manejar una política científica común, no 15 que se yuxtaponen y multiplican esfuerzos.

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Difícil competir

La investigación científica en la Europa comunitaria debería tomar nota de las nuevas vías abiertas en el terreno empresarial. La industria aeronáutica europea, por ejemplo, no fue competitiva con la estadounidense hasta que no se unió y creó el Airbus. En investigación y desarrollo, sin embargo, hay 15 políticas distintas, tantas como Estados miembros, que multiplican gastos y esfuerzos y fragmentan los resultados. Así lo cree el español Joan Majó, encargado por la Comisión Europea de presidir el panel de expertos independientes que ha elaborado un análisis de los últimos cinco años de investigación y desarrollo en Europa y sus perpectivas futuras.El informe que hoy presenta el comisario de Investigación, Philippe Busquin, al Parlamento Europeo expresa textualmente: "Los objetivos fijados en Lisboa no son posibles sin una política real europea de investigación, tecnología y desarrollo; una política inexistente". Majó añade en el informe: "Yendo aún más lejos, la ausencia de política científica se debe a la laguna de una estrategia real para el futuro de Europa".

Los jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron en Lisboa a convertir la Unión Europea en el año 2010 en la zona más competitiva del mundo, basándose en el desarrollo de la sociedad del conocimiento y la investigación científica. Este ambicioso objetivo ha mediatizado las conclusiones del informe de los 12 expertos, si bien el nivel investigador europeo frente al de Estados Unidos o de Japón ya se ha señalado anteriormente como insuficiente.

El problema no reside sólo en la falta de coordinación, sino también en la pobreza presupuestaria. La UE dedica como media el 1,8% del producto interior bruto (PIB) a investigación y desarrollo (España sólo alcanza el 0,9%). En cambio, Estados Unidos gasta el 2,8% de su PIB. Con ese nivel de gasto y una política tan fragmentada, es difícil para la UE competir. Por eso, el informe recomienda elevar ese porcentaje en Europa hasta al menos el 3% en los próximos diez años, es decir, un incremento del 66%.El aumento en inversión no deberá proceder sólo de las arcas públicas. Los Gobiernos de la Unión, señala el informe, "deberían promocionar medidas indirectas que estimulen la inversión del sector privado en investigación, tecnología y desarrollo". En este terreno, Joan Majó, que fue ministro español de Industria y Energía durante la etapa socialista, que ahora preside el grupo de trabajo del Foro para la Sociedad de la Información de Bruselas, y que es vicepresidente de La Seda de Barcelona, cree que estimular la inversión privada requiere medidas fiscales. "La responsabilidad de los Gobiernos no es tanto poner más dinero como fomentar esta política de concurrencia privada", afirma el ex ministro.

La responsabilidad de la Comisión Europea sobre esta situación es mínima, aunque los expertos le otorgan un papel clave para facilitar la puesta en marcha de políticas coherentes de ciencia, tecnología e innovación. Un papel a veces determinante para sufragar proyectos, por ejemplo, que insisten en investigaciones aisladas y fragmentadas. Pero la responsabilidad de las carencias europeas en esta materia recae fundamentalmente en los Estados miembros. El Consejo de Ministros de la Unión Europea recibió oficialmente este duro informe el pasado lunes.

Los expertos se preguntan, no obstante, de manera informal, que si los ministros de economía acuerdan sus políticas en el Ecofin (reunión de responsables públicos de economía y finanzas), por qué no acordar de la misma manera sus políticas científicas. Finalmente, el análisis de los 12 expertos europeos menciona la necesidad de estimular la innovación tecnológica también con nuevos sistemas de colaboración entre lo público y lo privado en todos los sectores económicos.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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