Un magrebí muere en Barcelona por un disparo de un supuesto 'rapado'
Un hombre de origen magrebí falleció ayer en Barcelona horas después de recibir un disparo en la cabeza efectuado, supuestamente, por un joven cabeza rapada. El fallecido, H. S. O., de 27 años, caminaba por la calle cuando se encontró con un grupo de jóvenes con los que dialogó brevemente. Poco después recibía el disparo mortal. También en Barcelona, el local de una asociación de vecinos sufrió desperfectos al impactar cuatro cócteles mólotov lanzados, presuntamente por activistas de extrema derecha.
'Cócteles mólotov' en Sants
A pesar de que la víctima intercambió unas breves palabras con sus agresores, tres amigos que lo acompañaban aseguraron desconocer el contenido de la conversación porque se hallaban a unos metros de distancia. En cualquier caso, aseguraron que no hubo ningún tipo de enfrentamiento. No obstante, uno de los jóvenes acabó disparando contra la cabeza del hombre magrebí.Un testigo presencial, que estaba esperando en una parada de autobús cercana, oyó gritos y, al girarse, vio a un grupo de jóvenes "de estética skinhead", según Europa Press. Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía explicaron que los investigadores trabajan con la hipótesis de que los agresores sean un grupo de cabezas rapadas, aunque advirtieron de que "las apariencias físicas pueden resultar engañosas". Ninguno de los testigos interrogados por la policía consiguió dar una descripción clara de los rasgos físicos de los agresores, por lo que la policía no ha podido determinar si los agresores pertenecen a algún tipo de grupo radical. No obstante, los investigadores no descartan que tras el homicidio se esconda un móvil racista.
El disparo se produjo justo delante de un bar que, según los vecinos, es frecuentado habitualmente por grupos de jóvenes cabezas rapadas. H. S. O fue trasladado inmediatamente hacia el Hospital Clínico de Barcelona, donde ingresó con un diagnóstico de extrema gravedad que ya hacía temer por su vida.
La bala le había entrado por el lado izquierdo de la frente y quedó alojada en el cerebro. Los investigadores están ahora pendientes de la autopsia, que permitirá determinar el tipo de arma utilizada. El suceso ocurrió en la misma calle donde el pasado 29 de agosto resultó herido el portero de una discotea after hours en un tiroteo. En aquella ocasión el ataque fue originado por un presunto ajuste de cuentas.
El pasado abril un joven murió apaleado en la Villa Olímpica de Barcelona y los testigos declararon, en un primer momento, que los agresores eran un grupo de cabezas rapadas. Pero cuando fueron detenidos se comprobó que no pertenecían a ningún grupo ultra. Desde entonces, la policía es especialmente escrupulosa a la hora de atribuir actos de violencia callejera a grupos de skinheads.
Por otra parte, cuatro cócteles mólotov causaron ayer desperfectos en el local de la Asociación de Vecinos del barrio barcelonés de Sants. La policía investiga la supuesta relación de algún grupo de extrema derecha con este incidente, puesto que los vecinos de este barrio mantienen una disputa con los organizadores de la concentración anual de varios grupos ultras que celebran allí el día de la Hispanidad. Hace unas semanas, la asociación de vecinos de este barrio anunció que respaldaría la organización de una acampada de protesta en el mismo lugar donde los radicales pretenden manifestarse el próximo 12 de octubre.El año pasado, este acto derivó en una auténtica batalla campal y acabó con graves destrozos en varios comercios.
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