"Hay dos países: el que crece, y el interior, destinado a desaparecer"
El socialista Marcelino Iglesias, presidente de Aragón, lleva desde el pasado 30 de agosto explicando por qué su comunidad se opone a un trasvase de agua del Ebro. Nada partidario del victimismo, Iglesias reitera argumentos que se asientan en demostrar que es hora de desarrollar la España interior, que tiene recursos, y no de trasladarlos a las zonas que ya los tienen.Pregunta. ¿Qué opina su partido, que en tiempos de Borrell apoyó políticas parecidas, del plan de trasvasar agua desde el Ebro? Respuesta. Hay algo claro: mi partido no está de acuerdo con la reforma que se ha hecho de la Ley de Aguas. Si partimos del principio de que nosotros no entendemos que el agua sea un elemento colocado en el mercado a disposición del que más pueda pagar, no será muy difícil mantener una postura uniforme dentro del PSOE. Hay otras alternativas que resuelven los problemas y que no crean otros muchos más graves. Yo, como presidente de la comunidad aragonesa, no comparto que el trasvase sea una solución buena para el levante español. Y conste que mi postura está próxima a la de la Unión Europea: modernizar los regadíos para recuperar caudales, la desalación para completarlos y reutilizar aguas residuales para determinados usos.
P. Lleva días insistiendo en que no es un problema de insolidaridad de Aragón, sino de desarrollo. ¿Ha abierto un nuevo debate?
R. Es que es uno de los debates más necesarios. Uno de los problemas más graves que hay es el desequlibrio entre la España interior y la de la costa. Han surgido dos países: el que crece, progresa y es pujante, y otro, el del interior, el 80% del territorio, que está destinado a desaparecer. El debate no es qué hacemos con un río, sino qué modelo de desarrollo queremos. Ya es hora de que alguien plantee el crecimiento donde están los recursos -el agua- y no llevar el recurso donde ya hay desarrollo.
P. ¿Está de acuerdo con los ecologistas que dicen que esto es la dictadura del hormigón?
R. Es evidente que se pueden resolver los recursos hídricos de otras forma. Ahí están Baleares y Canarias: superpobladas, con turistas, y resuelven sus problemas como yo lo planteo. No queremos condenar al 80% de España a ser exclusivamente una fuente de mano de obra y de materias primas, como el agua. Deberíamos reflexionar sobre otras alternativas. Y hay que tener un modelo de crecimiento, que me parece que le falta al Gobierno.
P. En 1992, el Pacto del Agua hablaba de ceder caudales si se hacían todas las obras. ¿Qué ha cambiado?
R. Niego la mayor, no hablaba de trasvases. Hablaba de tener una reserva estratégica de agua.
P. ¿Siente que Aragón está solo?
R. Yo no me estoy peleando con nadie. Quiero que quede claro: no soy contrario a resolver los problemas hídricos del levante.
P. El ministro de Medio Ambiente ha dicho que no se podrá sacar adelante este plan con la sociedad en contra. ¿Qué dice?
R. Me parece razonable, pero lo tenía que haber dicho antes de hacer una propuesta concreta. Si querían negociar con la oposición y con las comunidades autónomas, lo debían haber hecho.
P. ¿Qué pide Aragón a cambio de ceder ese agua?
R. Cómo voy a hacer ese planteamiento. Ése no es el enfoque. Si mercadeamos, estamos desautorizados. El agua es un elemento estratégico de tal envergadura que el que quiera comprar el agua de Aragón con dinero se equivoca.
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