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El novillero David Santos se encuentra estable, fuera de peligro

"Parece que lo peor ya ha pasado". Junto a la seriedad de cualquier parte médico se encuentra siempre el que de verdad cuenta: el que se lee en la cara desencajada de los familiares del torero herido. Alberto, hermano de David Santos Boya, que sufrió una cornada gravísima el pasado lunes en Arganda del Rey, era ayer bastante explícito: "Pese a todo, hemos tenido mucha suerte". David Santos, novillero, de 21 años cogido en la ingle cuando toreaba al segundo novillo de la tarde, permanece ingresado en el hospital Gregorio Marañón. El parte facultativo facilitado ayer afirma que "se encuentra estable y sin signos isquémicos en la extremidad", después de la operación, en la que se le realizó "reconstrucción del árbol arterial". La larga intervención a la que fue sometido el lunes por la noche se empleó en reconstruir una herida de trayectoria ascendente de 15 centímetros de profundidad localizada en la región inguinal derecha. La cornada afectó al paquete vasculo-nervioso y produjo una copiosa hemorragia que hizo temer lo peor.

"Ya estaban las dos orejas ganadas y...", recuerda Alberto Santos y en la frase no acabada deja las ilusiones almacenadas durante los dos últimos años. Fue en Puerto Banús el año 1998 cuando su hermano David Santos, vallisoletano de Medina del Campo, debutó con caballos. Desde entonces, han sido 30 los compromisos firmados. "No nos podíamos quejar", continúa el familiar con atribuciones de apoderado. "Íbamos muy bien. La cogida obligará a renunciar a cuatro novilladas más", añade.

El día del percance hacía justamente seis años desde que David Santos se enfrentó a su primer astado. El 4 de septiembre de 1994 toreaba su primera becerra. "Lo llevaba en la sangre. Al fin y al cabo, toda la familia es muy taurina", insiste su hermano. De hecho, su tío, Agustín Boya El Cuco, fue matador de toros.

Tras entrar en Arganda en sustitución de Jaime Reyes, convaleciente de una cornada, toda su ilusión era ganarse el debú en Las Ventas. "El camino es largo. Estábamos a punto", se lamenta Alberto y concluye: "Lo peor ya ha pasado. Desde aquí, todo para arriba".

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