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BARCELONA

Gran tarde de Luis Miguel Encabo

Reservón y violento

¿Con una sola oreja se puede tener una gran tarde? Pues claro que sí. El torero Luis Miguel Encabo lo demostró ayer. Y con dos toros de distinta condición: su primero, flojo y noble, pero que duró poco; su segundo, un pedazo de toro, encastado y con problemas.El diestro madrileño estuvo muy torero, inteligente y valeroso toda la tarde. Banderilleó con acierto y midiendo los terrenos, entró en quites y estuvo atento a la lidia. Al segundo toro lo muleteó Luis Miguel Encabo con temple, ligazón y buen gusto, casi siempre con la zurda, y lo mató de una estocada entera.

Ventorrillo / Rodríguez, Encabo, Osorio

Cinco toros de El Ventorrillo y 5º de Peralta, bien presentados y de juego desigual. Miguel Rodríguez: ovación y también algunos pitos cuando sale al tercio; silencio. Luis Miguel Encabo: oreja y vuelta al ruedo. Rafael Osorio, nuevo en esta plaza: oreja y silencio. Plaza Monumental, 3 de septiembre. Un cuarto de entrada.

En el quinto ejemplar, el diestro sorteó dificultades con aplomo y torería, y hasta le dio alguna serie extraordinaria de muletazos, también al natural. Tenía la puerta grande al alcance de la mano, pero la res, con dos buenas velas y sin humillar, no facilitó la ejecución de la suerte suprema.

A pesar de los cinco pinchazos que precedieron a la estocada final, Luis Miguel Encabo fue obligado a dar una aclamada vuelta al ruedo.

El diestro Miguel Rodríguez no se acopló con sus enemigos como otras tardes en esta misma plaza barcelonesa.Cuando, trabajosamente, empezaba a conseguirlo en su primero, el toro fue muy a menos. El cuarto, reservón y violento, tuvo enfrente a un Miguel Rodríguez firme y muy decidido, con un mérito, por la exposición, que no todo el mundo supo o quiso ver.

Lo mejor de su actuación, un extraordinario quite de peligro a la salida del tercer par de banderillas de Luis Miguel Encabo en el quinto, modelo de buena colocación.

El debutante Rafael Osorio, que torea muy poco, estuvo muy bien en su primero, por el valor y la decisión que puso en el empeño, quedándose muy quieto para ligar los muletazos a un excelente ejemplar de El Ventorrillo.

El sexto toro se puso pronto a la defensiva y Rafael Osorio, muy voluntarioso, no consiguió imponerse.

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