La Bienal de Sevilla muestra la pujanza y el futuro del flamenco a través de 500 artistas

Un homenaje a la bailaora Matilde Coral, que mañana (5 de septiembre) compartirá el escenario del Real Alcázar con algunas de sus ex alumnas, hoy figuras claves del género, abrirá la XI Bienal de Flamenco de Sevilla. Éste será el primero de 58 espectáculos en los que 500 artistas confían en deleitar durante 33 días a unas 100.000 personas -si se cumplen las previsiones- llegadas de todas partes del mundo. Cifras aparte, la Bienal es el escaparate de lujo del flamenco en el que todos quieren y, a la vez, temen estar. Tomatito, Sara Baras, Antonio Canales, Eva la Yerbabuena, Manuela Carrasco, Javier Barón y Esperanza Fernández protagonizarán algunos de los 17 estrenos absolutos que atesora esta nueva edición.

Los bailaores se han consolidado en esta edición, que se ofrecerá desde el 5 de septiembre hasta el 7 de octubre en 15 espacios escénicos de Sevilla, como la vanguardia del flamenco, y han decidido que ya es hora de contar historias. Sara Baras dará vida a la atormentada hija de los Reyes Católicos en Juana la loca; Israel Galván se solidariza con Gregorio Samsa y se transformará en escarabajo en La metamorfosis, y Juana Amaya será Medea bajo la dirección de la realizadora Pilar Távora."Somos plenamente conscientes de que los puristas se llevarán las manos a la cabeza. Sin embargo, creo que todos debemos hacer una reflexión. Al flamenco no se le pueden poner puertas y nosotros no somos nadie para limitar el horizonte de ningún arte". Así de rotundo se expresa Manuel Herrera, quien, por segunda ocasión, dirige la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla, el mayor escaparate del género en el mundo y en el que, además de los cerca de 100.000 espectadores que esperan los organizadores, siempre acuden los más importantes programadores. El programa, organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, cuenta con un presupuesto de 250 millones de pesetas -43 más que en la pasada edición- y con el patrocinio de la Junta de Andalucía, el Ministerio de Cultura y la Diputación de Sevilla, entre otros.

"La incorporación del argumento al baile demuestra que el flamenco tiene capacidad para conectar con otras artes como la literatura o la música clásica. Aislarlo, como quieren algunos, sería una herejía", añade Herrera, quien apoya la evolución de un arte que ha pasado demasiados años aislado.

La Bienal, que creó el ensayista, poeta, actor y flamenco José Luis Ortiz Nuevo en 1980 y dirigió hasta 1996, incluye en esta edición un nuevo escenario: el Estadio de La Cartuja. En este espacio, sede del Mundial de Atletismo de 1999, se limitará el aforo a 20.000 espectadores para dos grandes producciones: Soul, de Joaquín Cortés, y Con fusión, una reunión de los más atrevidos en música. En este concierto, con el que se clausurará el ciclo el 7 de octubre, se darán cita el cantaor Enrique Morente con los rockeros granadinos de Lagartija Nick, Ketama, Navajita Plateá, Raimundo Amador, Diego Carrasco y El Barrio. Las previsiones de asistencia de público se han realizado contando con llenos en estos dos espectáculos.

Los bailaores apuestan por espectáculos con argumento, han descubierto la capacidad que tienen para contar historias, y dejan a un lado los recitales en los que se interpretaba un palo tras otro. Además de los montajes ya citados, en esta edición se estrenarán Bachdaliana, de la compañía de Fernando Romero, inspirado en el mundo de Bach; Baile de hierro, baile de bronce, una reflexión sobre el proceso creativo del mítico bailaor Vicente Escudero que firma Javier Barón, o 5 mujeres 5, los sentimientos femeninos llevados a escena por Eva la Yerbabuena. Entre la danza, el teatro y la música se mueve una de las producciones más arriesgadas de la Bienal: Inventario de Henry Bengoa, un poema de Bernardo Atxaga con el baile de Isabel Bayón, la guitarra de Rafael Riqueni y la voz de Arcángel. El collage, "collar" como lo llaman los flamencos, tiene en su elenco a Ortiz Nuevo, quien se estrenó como actor hace dos años con su monólogo sobre Pericón de Cádiz.