Los ministros de Exteriores de los Quince apoyan la política internacional de Solana
Los representantes europeos reconocen la ineficacia de los fondos de ayuda comunitaria
ENVIADO ESPECIALLos ministros de Exteriores de la Unión Europea han aprovechado este fin de semana su informal retiro en el tranquilo balneario francés de Evian, a la orilla del lago Léman, para examinar algo que no funciona completamente: la eficacia de la ayuda exterior comunitaria. El alto representante, Javier Solana, parece haberle ganado la partida a Chris Patten, al presentar un informe que ha logrado el beneplácito de los Quince y que deja algo relegado el que presentó el pasado mayo con tonos polémicos hacia Solana el comisario de Relaciones Exteriores.
Relaciones con Patten
El documento de ocho páginas, elaborado ese verano por el equipo de Mister Pesc, a petición del ministro francés, Hubert Védrine, en nombre de la presidencia de la Unión, señala que "la UE es ya un actor de primer plano en la escena internacional", pero que no sabe aprovechar toda su potencialidad. Y de eso se trata.La presidencia francesa ha hecho prácticamente suyo el documento de Solana, al presentar a su vez otro informe de síntesis en el que se recogen la casi totalidad de las reflexiones expuestas por el Alto Representante. Lo que ha hecho el ex ministro español ha sido realizar "un análisis inventariado de los instrumentos políticos y financieros" que ya existen en la Unión para "mejorar la eficacia" de la política exterior.
En el debate, calificado como "franco" por fuentes diplomáticas (palabra que admite la existencia de discrepancias), participó, además de Solana y Patten, el presidente de la Comisión, Romano Prodi, quien por primera vez asiste a una reunión informal de ministros desde su llegada al cargo, hace ahora un año. Prodi parece resuelto finalmente a arremangarse ante la alarmante pérdida de prestigio entre los Quince.
Solana sostiene que hay que saber aprovechar lo que ya existe en el terreno político y diplomático. Los Quince hablan con una misma voz en el 95% de las resoluciones debatidas en la ONU. Y pone como ejemplo que la UE dobla en efectivos a Estados Unidos: 40.000 funcionarios repartidos por todo el mundo en una red de más de 1.500 misiones diplomáticas. Sin embargo, dice, "este despliegue considerable de recursos humanos y financieros no se acompaña en todos los casos de resultados proporcionales a su importancia en términos de acceso, información e influencia".
El francés Védrine recordó ayer a sus colegas que la UE es el principal proveedor de ayuda externa mundial, pero resulta "una contradicción este esfuerzo con la falta de mayor visibilidad" de la política exterior europea. Como botón de muestra, según Védrine, está el escaso éxito de los programas de ayuda a los países mediterráneos.
"Se puede y se debe desarrollar más la estrategia común" en el campo financiero, dice Solana. No sólo en la ayuda comunitaria y bilateral, sino también en los organismos multilaterales, sean el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Club de París. Y pone el dedo en la llaga Mr. Pesc al indicar que no existen a nivel de la Unión canales de comunicación automática ni de centralización de las informaciones concernientes a las actividades bilaterales de los Estados miembros.
En el trasfondo de este debate sobre la acción exterior se esconde la rivalidad entre Solana y Patten, que, aunque personalmente se estiman, políticamente colisionan. El británico lleva mal no ser el principal protagonista de la función exterior debido a su personalidad y a su dilatada experiencia política como dirigente conservador, ministro y último gobernador en Hong Kong.
"Solana y yo trabajamos muy bien juntos, pero no nos sentimos especialmente ayudados por la nueva maquinaria institucional", se lamentaba Patten la pasada primavera pocos días después de presentar ante la Comisión un documento en el que pedía más protagonismo para el Ejecutivo comunitario y menos burocracia en la gestión de la ayuda exterior. Prodi defendió sin ambages las tesis del comisario. Para Patten, "la ambición de la política exterior europea debería extenderse mucho más allá de la realidad actual. La PESC está todavía en su infancia. Si queremos que madure, necesita recibir alimento de ambos padres: los Estados miembros y las instituciones comunitarias. Y como muy bien saben los psicólogos , el niño tiene más probabilidades de crecer sano y feliz si sus padres se aman".Anoche, una fuente próxima al comisario decía que "compartimos muchas de las ideas recogidas en el documento", pero no ocultaba la frustración de Patten, a quien le habría gustado que ambos equipos hubieran trabajado juntos para elaborar un documento conjunto.
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