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Alemania y el racismo

Al condenar con las máximas penas a tres neonazis que habían golpeado hasta la muerte a un mozambiqueño en la ex RDA el pasado junio, la justicia alemana ha dado pruebas esta semana de celeridad y de firmeza. No ha sido siempre así en el pasado. Este juicio se produce al final de un verano en el que Alemania, empujada por su prensa, ha hecho un examen de conciencia profundo sobre el desvío neonazi de una pequeña parte de su juventud. (...) La situación no es la misma en el Oeste que en el Este del país (...). En Alemania occidental el problema es comparable a otros países occidentales: la violencia racista existe, manifestación extrema del rechazo al extranjero en zonas de gran densidad de inmigrantes, pero no encuentra apoyo en la población.En la oriental, por el contrario, en la antigua RDA, donde los extranjeros representan menos del 2% de la población, el problema es más profundo. Se trata de las secuelas de una dictadura comunista que jamás ha asumido los errores del pasado (...). En una sociedad desorientada, golpeada por el paro, amargada, a pesar de los progresos conseguidos, los jóvenes neonazis pretenden decir en voz alta lo que una buena parte de la población pensaría en voz baja. Por esto, la firmeza de la justicia es importante. (...) La campaña puesta en marcha actualmente tiene el mérito de desestabilizar a la extrema derecha. (...) El esfuerzo debe ser seguido de la ilegalización del NPD, que profesa abiertamente una ideología nacionalsocialista. Esta ilegalización, según el canciller Schröder, es una cuestión de "higiene política".

París, 1 de septiembre

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