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Los padres de las siamesas recurren la orden judicial de separarlas

Los padres de dos niñas siamesas impugnarán el lunes la orden judicial que autoriza a un hospital británico de Manchester a separar quirúrgicamente a las pequeñas. Los padres se oponen a la orden por motivos religiosos, sociales y económicos. Los cirujanos del hospital St. Mary, donde nacieron las siamesas el pasado 8 de agosto, pronostican que, en su estado actual, las bebés morirán en un plazo de entre tres y seis meses. La alternativa aceptada la semana pasada por el juez del Alto Tribunal de Londres Robert Johnson llevará a la muerte inmediata de una hermana, pero aporta esperanzas de vida a su hermana.Jodie y Mary, nombres ficticios mencionados durante la vista, están unidas por el abdomen y comparten un corazón y un pulmón. Para Jodie, según el juez, "la separación significa la expectativa de una vida normal", algo que no es posible para Mary, que carece de pulmones y corazón. Y, tras dar permiso a los cirujanos para llevar a cabo la operación, el juez indicó que, aunque había valorado los deseos de los padres, los intereses de un niño son de "primordial importancia".

Los padres prefieren la muerte natural a esta opción. "Estamos satisfechos de que Dios decida qué pasa con nuestras hijas", declararon en la vista. Pero, además de principios religiosos, la pareja alegó razones sociales y económicas para negar su consentimiento al equipo médico de Manchester. Según explicaron, en su lugar de origen, "una remota comunidad" de Europa del Este, un bebé con deficiencias, -"como nos han dicho que puede sufrir tras la operación"-, no tiene posibilidades de sobrevivir.

El caso ha movilizado a los grupos pro-vida británicos y, a su vez, la intervención de un arzobispo católico italiano que ofreció esta semana "una alternativa ética" a los padres y "atención médica gratuita e indefinida" a las siamesas.

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