Pinochet desafía a sus abogados y se muestra en excelente forma
En un golpe de efecto desafiante, que contradijo a sus abogados, el ex dictador Augusto Pinochet reapareció públicamente por segunda vez desde su desafuero, cenando en un restaurante en Viña del Mar en la noche del martes y dijo a la prensa al salir que "la salud está buena y el ánimo está bien". Horas antes, su defensa había pedido al juez Juan Guzmán que se le practicaran exámenes médicos porque no está en condiciones de hacer frente a un proceso y que se le postergara el interrogatorio previsto para el 9 de octubre hasta que resuelva sobre su salud.Pinochet permaneció ayer en su apartamento en el exclusivo balneario de Reñaca, bajo fuertes medidas de seguridad, y asistió después con buen semblante y el paso cansino a una misa por el cuarto aniversario de la muerte del ex miembro de la Junta Militar almirante José Toribio Merino. En el restaurante, Pinochet permaneció unas tres horas acompañado por una hermana y su cuñado, cenó carne con tallarines y bebió agua mineral. Pero sus abogados, invocando la legislación internacional de derechos humanos, dieron una visión distinta de la salud de Pinochet en un escrito de 13 páginas presentado a Guzmán. Plantearon que el general no puede hacer frente a un proceso porque no está en condiciones de defenderse y asume "un riesgo grave al exponerse e intervenir personalmente en las diligencias indelegables propias de una investigación penal".
Cuatro médicos
La defensa pidió al juez que nombre cuatro médicos, preferentemente profesores universitarios, de las especialidades de medicina interna, neurología, psiquiatría y gerontología, para que informen si la salud de Pinochet se encuentra estable, mejoró o empeoró respecto del estado que tenía en Londres en octubre del año pasado, cuando fue examinado por médicos ingleses en Londres. Los abogados dicen que no buscan que Pinochet sea declarado inimputable -porque esto sólo lo lograrían si padece locura o demencia-, sino que se confirme la conclusión a que llegaron los médicos ingleses de que el ex dictador no está en condiciones de enfrentar un proceso.
Entretanto, la sala quinta de la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó ayer la libertad bajo fianza que Guzmán había concedido previamente a uno de los seis procesados por la caravana de la muerte, el coronel retirado Sergio Arrendondo, en arresto desde hace un año y medio. Por otra parte, el comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, acudió en la noche del martes a cenar a la residencia del presidente Ricardo Lagos, en un encuentro al que también asistió el ministro de Defensa, Mario Fernández. El presidente de la Corte Suprema, Hernán Álvarez, expresó ayer su malestar por la carta que le envió Izurieta para manifestar la preocupación de los militares por unas filtraciones sobre el caso. "Eso hay que representarlo por los conductos regulares", dijo el magistrado.
