91.000 crías de focas han sido cazadas en esta temporada
La temporada de caza de crías de foca acabó este mes en Canadá con 91.000 animales muertos, según datos gubernamentales. La cifra es la más baja en los últimos cinco años, y está muy por debajo del máximo de capturas permitidas, 275.000, y del número de piezas cobradas en 1999, que llegó a las 150.000. Pese a ello, se trata, según señala la organización ecologista IFAW (Fondo Internacional para la Protección Animal en sus siglas en inglés), de la mayor matanza de mamíferos marinos permitida en el planeta.Para IFAW, una de las causas de esta disminución es que los consumidores han comenzado a dar la espalda a los productos obtenidos de estos animales. "Antes de comenzar la temporada, los industriales admitieron que tenían más de 100.000 pieles en los almacenes", declaró Rick Smith, presidente de la organización. Esta situación implica que, según Smith, las empresas que se dedican a la caza de focas no sean económicamente viable sin unas "enormes subvenciones gubernamentales". "Con los mercados reduciéndose o desapareciendo, está claro que para muchos industriales la caza comercial de focas puede ser pronto un negocio del pasado", afirmó.
Pero IFAW (www.ifaw.org) ve otro motivo menos optimista para que la caza de focas haya disminuido. Según los ecologistas han denunciado, la capa de hielo del Ártico -donde las hembras de foca paren a sus crías y donde éstas deben permanecer hasta que aprenden a nadar- ha sido este invierno más fina y frágil que en años anteriores, debido probablemente al calentamiento del planeta, por lo que las focas se han reproducido menos y en peores condiciones.
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