Telefónica gastará otros 1,1 billones para poder ofrecer servicio de móvil en Alemania

Tras la euforia por lograr una licencia de telefonía móvil multimedia en Alemania, a Telefónica le llegó ayer la hora de hacer cuentas. La operadora invertirá algo más de 1,1 billones de pesetas en Alemania para poder ofrecer este servicio. Una cantidad casi idéntica a la que tiene previsto gastar en España, donde logró una licencia por 21.500 millones de pesetas (frente a los 1,39 billones en Alemania). El similar monto de la inversión de Telefónica en Alemania y en España cuestiona el razonamiento del Gobierno, que siempre alegó que el bajo precio de las licencias permitía asegurar la inversión tecnológica.

Telefónica tiene todavía mucho que hacer en Alemania para poder competir con los otros cinco grupos que ofrecerán tecnología UMTS (telefonía móvil multimedia) a partir de 2002. Se trata de la única empresa ganadora que no está presente en la actualidad en el negocio del móvil en ese país. Para establecerse en Alemania, Telefónica ha previsto una inversión de 6.700 millones de euros (algo más de 1,1 billones de pesetas) en diez años, según comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.Una inversión casi idéntica a la que ha previsto la empresa para España, tanto en cantidad como en plazos. Telefónica se gastará "más de un billón de pesetas" en desarrollar la tecnología UMTS en España en un periodo de diez años, según confirmó ayer la propia empresa.

La coincidencia de las cifras sorprende al recordar el principal argumento que ofreció el Gobierno para adjudicar las licencias españolas por concurso (Fomento decidió qué ofertas eran las más apropiadas) en lugar de por subasta (la licencia recae en el mejor postor). El Ministerio de Fomento sostuvo que era el mejor método para asegurar el desarrollo tecnológico. Las operadoras comprometieron inversiones por tres billones de pesetas. Sin embargo, es previsible que el mismo desarrollo tecnológico se logre en Alemania, que optó por el procedimiento de subasta y ha conseguido las mismas inversiones que en España.

Las críticas hacia el Gobierno sobre la "adjudicación injusta" de los móviles de tercera generación provinieron ayer del líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario general del PSOE pidió ayer que las cuatro empresas que han recibido una licencia en España paguen al Estado un monto similar al que se está desembolsando en otros países de Europa.

Ese fuerte desembolso, por otra parte, preocupa a las operadoras que han logrado licencia. Es "previsible", según fuentes de Telefónica, que un nuevo socio se incorpore al consorcio en el que la empresa concurrió a la subasta de la mano de la finlandesa Sonera (3G). La participación de otro operador, probablemente alemán, no supondría pérdida de dominio para Telefónica, que seguiría liderando 3G. En cambio, sería muy beneficiosa desde el punto de vista económico, ya que asumiría una parte del desembolso que las dos empresas tendrán que realizar. También habría ventajas cualitativas. "La entrada de un nuevo socio sería un espaldarazo a Telefónica, que además contaría con un aliado que conociera el mercado alemán", asegura un analista próximo a la operadora. Una de las candidatas idóneas sería Debitel, la operadora alemana que se retiró de la subasta, incapaz de seguir el ritmo de las pujas, y que tiene cinco millones de clientes.

La batalla por el mercado

De momento, la empresa ya cuenta con unas previsiones de financiación y amortización del proyecto. Telefónica espera conseguir una cuota de mercado de 10 millones de clientes (el 13% del mercado) en 2006. También para ese año calcula unos beneficios brutos del 35%. Algunos analistas creen que esta previsión es demasiado optimista. Rodolfo Bacaicoa, de Analistas Financieros Internacionales, no augura más de un 10% de mercado a la empresa a medio plazo. Según él, la dificultad está en que el consorcio 3G tendrá que conseguir mercado "a base de robar clientes a las otras operadoras", que ya cuentan con un mercado en Alemania. "La entrada en Alemania es una gran oportunidad, pero arriesgada", señala Bacaicoa.A pesar del alto precio pagado por poner un pie en ese país (1,39 billones de pesetas), no todos los expertos creen que es excesivo. "Los operadores de móviles aún tienen mucho valor que sacar del UMTS. Por supuesto, habría sido bueno para ellos que las licencias se hubieran despachado como en España, pero no todos los gobiernos son tan generosos como el español", asegura Robert Davis, de la consultora Lehman Brothers.