_
_
_
_
_
Tribuna:BICHOS DE VERANO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Vampiro

Humboldt cuenta, en la crónica de su viaje por el Orinoco, cómo los vampiros perseguían a las caballerías, y cómo durante la noche revoloteaban por encima de su hamaca. El naturalista alemán fue el primero en realizar unos dibujos de aquellos inquietantes animales, que recibieron aquel nombre de origen húngaro que -aunque la etimología aún es incierta- significa "brujo". Como sucede a menudo, la imaginación de los hombres se concreta en la naturaleza, y lo más temible que la mente humana pueda idear, antes o después se materializa en el mundo real. Aquellos "murciélagos" ávidos de sangre, emblema de los herejes, se encarnaron en aquellos vampiros tropicales, que los científicos, reincidiendo en el mal, denominaron Vampirus spectrum. Y, curiosamente, durante el mordisco, estos animales inoculan en las caballerías una sustancia anticoagulante, que hace que la víctima se desangre durante horas. Por tanto, la realidad en este aspecto casi supera la ficción. Alberto Magno recomendaba a los que quisieran ver tanto de noche como de día que untaran su rostro con sangre de murciélago. La advertencia no deja de ser sorprendente, sobre todo si atendemos a la etimología de esta palabra, que significa, literalmente, "ratón ciego" (de mus-muris, ratón, por lo que antiguamente también se denomninaba "murciego"). En fin, en nuestros días no hace falta viajar hasta los trópicos, ni tan siquiera hasta las tierras húngaras, para tropezar con estos Vampirus spectrum. Aunque la puntualización es fácil, un simple paseo nocturno por los bares de moda de Dénia o Xàbia aporta una diversidad vampiresca admirable. Más cerca del espectro que del murciélago, claro. Y aun así, qué fauna más prodigiosa, Santo Cielo...

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_