Gore promete que su Gobierno garantizará seguro médico a todos los niños de EE UU
Al Gore llegó ayer a Los Ángeles, donde la Convención Demócrata le proclamó anoche su candidato a la Casa Blanca, y adelantó que una de sus principales ofertas es "caminar hacia la cobertura médica universal, empezando por garantizar la de todos los niños en los próximos cuatro años". A la espera del discurso que Gore pronunciará la próxima madrugada, los demócratas aprobaron un programa que incluye la cobertura médica a los menores, mayor gasto del Gobierno federal en educación, derecho al aborto y uso del superávit presupuestario para pagar la deuda nacional.
El programa aprobado por la Convención Demócrata se opone tajantemente a tres elementos de la oferta del candidato republicano George Bush: recortes generales de impuestos, privatización parcial del sistema público de pensiones de jubilación (Social Security) y concesión de cheques a los padres para que envíen a sus hijos a escuelas privadas. En su conjunto, el programa, hecho a la medida de Gore, es centrista con garantías para los sectores más progresistas del partido. Gore ya estaba ayer bajo los proyectores, tras un comienzo de convención dominado por los Clinton. Llegó a Los Ángeles en Air Force Two, el avión oficial del vicepresidente, y declaró: "Estados Unidos está bien, pero ustedes todavía no han visto nada. Vamos hacia tiempos mejores".
La noche anterior, Gore había recibido en el Staples Center el apoyo de los líderes del ala progresista de su partido: el reverendo Jesse Jackson, su rival en las primarias, Bill Bradley, y el clan Kennedy. Caroline Kennedy, hija del presidente asesinado en Dallas, vinculó la Nueva Frontera de su padre con los objetivos de Gore, y el senador Edward Kennedy aseguró que sólo en dos ocasiones anteriores, cuando se presentaron sus hermanos John y Robert, había estado tan entusiasmado con una candidatura presidencial demócrata.
Los demócratas negros cerraron oficialmente su querella con el conservadurismo de Joseph Lieberman, el candidato de Gore a la vicepresidencia. Tras escuchar de labios de Lieberman que no se opone a la discriminación positiva, la congresista afroamericana por Los Ángeles Maxime Waters le expresó su apoyo. Y Jesse Jackson dijo que, al escoger como su número dos a Lieberman, un judío ortodoxo, Gore "ha juntado a los hijos e hijas de los esclavos con los hijos e hijas de los supervivientes del Holocausto".
Lieberman, que iba a subir en la madrugada de hoy (hora española) a la tribuna del Staples Center, confirmó, en una entrevista con la agencia Associated Press, que no hará campaña en sabat y añadió que recuperará ese tiempo en el resto de la semana. También declaró que su elección como vicepresidente no alterará la política norteamericana en Oriente Próximo.
"Mi historial en el Senado demuestra que siempre he apoyado la posición de EE UU cuando ha divergido de la de Israel. Sólo soy leal a EE UU".
Asistentes más jóvenes
Atravesando su ecuador, la Convención Demócrata ofrecía un aspecto más concentrado en la política y menos en el espectáculo que la celebrada hace dos semanas en Filadelfia por los republicanos de Bush. Los delegados también eran más jóvenes, de mayor variedad sexual y racial y de aspecto más cool o moderno que en la reunión de maduros varones blancos que fue Filadelfia. En sintonía con la preocupación de Gore por las nuevas tecnologías, la presencia de empresas de telefonía e Internet también superaba a Filadelfia, donde ya fue espectacular. La fiesta de la convención seguía siendo mancillada por el excesivo despliegue de fuerzas policiales y la brutalidad de su comportamiento frente a los manifestantes. Por tercer día consecutivo, los chulescos agentes uniformados de negro de la policía de Los Ángeles no escatimaron balas de goma, gases lacrimógenos y detenciones masivas (más de 100) para reprimir a cualquier grupo anarquista, ecologista, opuesto a la globalización o defensor de los animales que se saliera del corral vallado donde, frente al Staples Center, han sido concentrados los opositores.
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