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Regresa a Italia la niña que pidió asilo para no vivir con su padre

Una larga batalla

Erica, la niña de madre italiana y padre egipcio que optó por refugiarse en la embajada italiana de Kuwait City en enero pasado para eludir la orden judicial que la obligaba a residir con el padre, regresó la madrugada del miércoles a Italia, tras siete meses de reclusión voluntaria en la sede diplomática. El caso Erica, que ha hecho correr ríos de tinta en la prensa italiana y kuwaití, se cierra así con un sorprendente resultado, cuando todos los intentos de torcer la decisión de los tribunales de Egipto y de los Emiratos parecían haberse estrellado contra una barrera infranqueable. Erica -nombre supuesto de la pequeña-, de 13 años, su hermana de ocho y su madre, Stefania, llegaron a Turín en un avión Falcon de la presidencia del Gobierno italiano. El Ejecutivo había tomado el caso bajo su tutela hace unos meses. El subsecretario de Exteriores, Franco Danieli, que ha conducido personalmente las negociaciones, acompañaba a las tres mujeres. Las autoridades kuwaitíes accedieron a autorizar el regreso a Italia de Erica ante las delicadas condiciones de salud de la niña que padece anorexia nerviosa y, pese a medir 1,70 metros, apenas pesa 38 kilos.

La historia de Erica se parece a tantas otras batallas legales por la custodia de los hijos que se desatan entre parejas separadas. En este caso una pareja mixta, de padre egipcio y madre italiana, que se llevaban 20 años (la madre tiene 32 años, el padre 52). Erica, la mayor de las dos hijas del matrimonio, fue la primera en enfrentarse, nada más cumplir los 12 años de edad, a la inexorable ley egipcia que otorga la patria potestad de los hijos al marido una vez que han cumplido esa edad. La pareja se rompió en Kuwait, aunque el divorcio fue resuelto ante un tribunal egipcio. A partir de ese momento las niñas se quedaron en la casa materna y las relaciones con el padre se limitaron a las visitas rigurosamente estipuladas. Pero cumplidos los 12 años, la ley llamó a la puerta de Erica obligando a la madre y a la niña a reaccionar. El 16 de enero pasado, Stefania, la madre de Erica, puso a la niña en un taxi y dio instrucciones al conductor para que la llevara a la embajada de Italia en la capital kuwatí. Acto seguido, envió un mensaje desesperado contando el caso a una emisora musical italiana, Radio Capital, que lo difundió inmediatamente y provocó en todo el país una reacción de solidaridad en cadena.

Un tribunal del emirato falló en el mismo sentido que el egipcio. La decisión de un tribunal italiano, que concedió la patria potestad de las dos niñas a la madre el pasado junio, quedó en papel mojado. La liberación de Erica ha sido posible sólo gracias a los contactos diplomáticos y a la precaria salud de la niña. Se trata de una espectacular victoria, aunque el Ministerio de Exteriores italiano tiene en sus manos otros 169 casos similares por resolver.

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