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El presidente del Gobierno bávaro pide que se prohíba un partido neonazi

Pilar Bonet

El presidente del Gobierno de Baviera, el socialcristiano Edmund Stoiber, se ha situado a la cabeza de la iniciativa para prohibir el Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD), una organización minoritaria de extrema derecha, que es legal, pero que es considerada como particularmente nociva para la democracia por una parte de la clase política alemana. En una entrevista con Die Welt, Stoiber exhortó ayer al ministro del Interior, el socialdemócrata Otto Schily, a reunir rápidamente todo el material de cargo disponible contra el NPD. El objeto de esta prisa es proporcionar a los ministros de Interior de los Estados y del Gobierno federal los documentos necesarios para pedir la prohibición de este partido a los tribunales este mismo año. El NPD, que se define como un partido revolucionario y como la "verdadera oposición", ha inquietado a los diputados del Parlamento federal y al Ayuntamiento berlinés, al pedir permiso para manifestarse en un lugar tan simbólico como la puerta de Brandeburgo el próximo enero, coincidiendo con la fecha de la liberación del campo de concentración de Auschwitz. La legislación actual no permite prohibir manifestaciones a no ser que existan indicios de que se va a transgredir la ley. La idea de que las cadenas de televisión norteamericanas puedan convertir los llamativos actos de la extrema derecha en la imagen del nuevo Berlín resulta penosa para el Gobierno de Gerhard Schröder.

Enemigos de la Constitución

"Me parece que la prohibición del NPD es inevitable. Sería la señal convincente de una democracia que se defiende contra los enemigos de la Constitución en el interior y en el exterior del país", dijo Stoiber, que se mostró partidario de un Estado fuerte. Baviera, que es uno de los Estados más prósperos de Alemania y el que tiene el menor índice de paro, es la zona de Alemania con el menor índice de violencia contra los extranjeros, según el político socialcristiano.Tras una época en que los incidentes de xenofobia, racismo y provocaciones de ultraderecha habían pasado a segundo plano, los viejos fantasmas ocupan un lugar de nuevo en la vida cotidiana, tanto del Ejército como de las ciudades de provincias del interior. El Ministerio de Defensa informó ayer de que en lo que va de año hasta principios de agosto se habían registrado 87 presuntos casos de ultraderechismo o xenofobia (84 delitos de propaganda y tres delitos con uso de la fuerza). Este tipo de delitos alcanzó un récord de 319 casos en 1998 y se redujo a 135 en 1999. Por si le faltaba algo al Ejército alemán para empañar la imagen que mejoró tras su intervención en Kosovo, el usuario de Internet que quiso registrar la semana pasada la dirección de www.heil-hitler es un sargento primero de 28 años. "Increíble", escribía el diario popular Bild informando sobre la apertura de una investigación contra el suboficial.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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