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Vilajoana ve viable una moratoria de la Seguridad Social a Zeleste

No todo está perdido. La sala Zeleste de Barcelona podría salvarse in extremis. El consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, afirmó ayer en declaraciones a Catalunya Informació que veía viable un aplazamiento en los pagos de la deuda que tiene la sala con la Seguridad Social y que, si efectivamente la empresa es viable, la Generalitat podría respaldar a la sala frente a este organismo para conseguir una moratoria. El consejero es contrario a la ayuda directa al considerar que supone un agravio comparativo en relación con otras empresas.

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"El de Zeleste es un problema muy complejo porque es una empresa privada, en un sector muy competitivo, y no sería justo que [la Generalitat] ayudara a una empresa concreta", afirmó Vilajoana. "Pero si este proyecto tiene realmente viabilidad de cara al futuro estoy seguro de que el mercado privado encontrará la solución y, además, las administraciones pueden respaldar la negociación de un aplazamiento de los pagos a la Seguridad Social, que suponen la parte más importante de la deuda de la sala".Zeleste arrastra unas deudas de unos 200 millones de pesetas, de los que 130 corresponden a los que adeuda la empresa a la Seguridad Social, organismo que ha instado el embargo del contenido de la sala como garantía de cobro. Según diversas fuentes, las propuestas de la empresa para conseguir una moratoria en los pagos no fueron aceptadas anteriormente, si bien la mediación institucional podría ayudar a resolver el problema.

La sala también debe otros seis millones de pesetas a los propietarios del edificio, que han instado al desahucio a la empresa que gestiona la sala, Almogàvers S.A., y, por último, otros 60 millones corresponden a deudas que todavía no se han saldado con antiguos acreedores. Pese a ello, Vilajoana cree que por el tipo de oferta de la sala ésta debería ser viable.

El Ayuntamiento lamenta que la "mala gestión" acabe con Zeleste

Un portavoz del Instituto de Cultura de Barcelona (Icub) lamentó ayer que "la mala gestión de la sala" haya desembocado en la amenaza de cierre. "El sector del pop rock siempre ha estado en manos privadas y hasta ahora nadie nos había pedido ningún tipo de intervención", afirmó. "Estamos de acuerdo en que el rock es cultura y lo apoyamos organizando los festivales Grec y BAM, subvencionando el Sónar y cediendo equipamentos municipales para grandes conciertos", añadió. El Icub está a la espera de conocer con exactitud las causas que han provocado la acumulación de deudas ya que, afirman, el éxito de público y de actividades hace suponer que en este caso ha habido un problema de mala gestión. Los responsables municipales confían en que, como hasta ahora, sea el sector privado el que encauce la situación, si bien están abiertos a sumarse a las iniciativas que, asegurando una buena gestión y la viabilidad del proyecto, contribuyan a que la emblemática sala de conciertos no se vea obligada a cerrar. El consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, también destacó que la mediación institucional en la negociación de la deuda estaría condicionada a un plan de viabilidad que asegurara la rentabilidad del local.Según Vilajoana, el público de música popular en Cataluña fue en 1999 de unos 3,4 millones de personas, que generaron unos ingresos de unos 3.200 millones de pesetas. Estas cifras, en su opinión, demuestran que una oferta como la de Zeleste debería ser viable.

Emilio Álvarez, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, manifestó ayer que el Ayuntamiento, la Generalitat y la Diputación de Barcelona tendrían que intervenir para salvar la sala. "Si las tres administraciones intervinieran, enjugar la deuda no comportaría un gran esfuerzo", manifestó. En su opinión, la ayuda a Zeleste no supondría un agravio comparativo porque "no hay ninguna otra sala equiparable".

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