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Barak empieza a quedarse solo en su empeño por evitar elecciones anticipadas en Israel

El primer ministro israelí, Ehud Barak, se está quedando solo en su empeño de no ceder ante los que exigen una coalición de unidad nacional o los que demandan la convocatoria de elecciones anticipadas. Los próximos tres meses serán cruciales para su futuro, así como para el proceso de paz con los palestinos. Desde su partido y desde la derecha le exigen acción. "En la situación que ha creado Barak frente a los palestinos y los compromisos internacionales que ha asumido en nombre de Israel, lo mejor es ir a nuevas elecciones", aseguró ayer el jefe de la oposición y líder del Likud, Ariel Sharon.

El portavoz del derechista Likud -el principal grupo de la oposición-, Dani Navé, señaló que "este Gobierno no funciona; no tiene mayoría en el Parlamento, no puede promulgar leyes y es incapaz de hacer nada". "Por eso, lo mejor que puede hacer Barak es llegar a la conclusión de que en medio del fracaso al que ha llegado en apenas un año como primer ministro, no hay más remedio que convocar al pueblo a elecciones, y debe fijar lo antes posible una fecha para adelantar los comicios porque no existe otra posibilidad", manifestó este secretario del anterior Gobierno de Benjamín Netanyahu que fue la mano derecha del ex primer ministro.Pero también desde las filas del Partido Laborista -entre ellos el viceministro de Defensa, Efraim Sne- invitaron a Barak a convocar nuevas elecciones porque el jefe de Gobierno se ha quedado sin Ejecutivo, sin coalición y sin el respaldo del Parlamento (Kneset).

A este respecto, el ministro israelí de Cooperación Regional y derrotado candidato a presidente, el laborista Simón Peres, afirmó que "en los próximos tres meses se definirá el futuro de la paz", y opinó que "hay que alcanzar un tratado definitivo de paz con los palestinos" y convocar después las elecciones.

Por último, también el líder del frente pacifista de izquierda Mérets, Yosi Sarid -que fue ministro de Educación hasta el mes pasado-, instó ayer al adelanto de las elecciones, pero declaró que "antes hay que alcanzar un tratado definitivo de paz con los palestinos".

A pesar de estas voces, Barak no se muestra preocupado y aseguró que en los próximos días iniciará las negociaciones para formar una nueva coalición de Gobierno. En el mismo sentido se manifestó el ministro de Comunicaciones y allegado del jefe de Gobierno, Benjamín Ben-Eliézer, quien afirmó que dentro de una semana o dos se va a aclarar el panorama político. Ben-Eliézer señaló que "a partir del domingo, el primer ministro se reunirá con todos los partidos para negociar un nuevo Gobierno", y añadió que tanto él como Barak saben que "la situación se puede corregir". Pero si no lo hace Barak, el Parlamento israelí puede obligarlo a convocar nuevas elecciones.

Para hoy está previsto que la Kneset apruebe en lectura preliminar un proyecto de ley para la disolución del Parlamento y el adelanto de las elecciones. Para que el proyecto se convierta en ley tendrá que ser aprobado en otras tres lecturas, que no se llevarán a cabo porque esta misma semana comienza el receso de verano del Parlamento, que concluirá a finales del próximo mes de octubre.

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Pese a todo ello, israelíes y palestinos siguen negociando a medio gas en la zona. Tras el fracaso de la cumbre de Camp David entre Barak y el líder palestino Yasir Arafat, que finalizó el 25 de julio sin resultados concretos, ha habido una serie de reuniones en las que se trataron asuntos pendientes de aplicación de los acuerdos interinos y ambas partes intentaron acercar posturas con vistas a un tratado definitivo de paz.

El ministro israelí de Seguridad Interior, Slomo Ben Amí, se reunió con el jefe de los Servicios de Seguridad Preventiva de la Autoridad Palestina (AP) en la zona autónoma de Gaza, el coronel Mohamed Dahalan. A su vez, Saeb Erekat, ministro de Gobierno Local de la ANP que preside Arafat, se entrevistó con el diplomático israelí Oded Erán en Jericó.

Ambas partes tratan de preparar el terreno para convocar una nueva cumbre entre Arafat y Barak, tal vez a finales de este mes.

Entretanto, el nuevo presidente de Israel -su octavo jefe de Estado-, Moshé Katsav, juró ayer su cargo en el Parlamento de Jerusalén. En su discurso de investidura, Katsav, de 55 años, dijo que es el primer presidente que emigró a Israel después de la fundación del Estado, en 1948. Lo hizo en 1951. El presidente israelí se preguntó si su país "ha sacado todas las conclusiones y aprendido todas las lecciones del terrible asesinato de Isaac Rabin", el desaparecido primer ministro laborista, el 4 de noviembre de 1995.

"Con vistas a las decisiones difíciles que nos esperan (en el proceso de paz), me pregunto si estamos en condiciones de tomar esas resoluciones en forma equilibrada y responsable", concluyó el nuevo presidente israelí, que inició y finalizó su discurso con una oración canónica en hebreo.

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