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Levy amenaza con dimitir si Barak no forma un Gobierno de unidad

El ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, afirmó ayer que dimitirá si el jefe del Ejecutivo, el laborista Ehud Barak, "no hace un esfuerzo serio para formar un Gobierno de unidad nacional antes del próximo miércoles". En tal caso Levy apoyará además ese mismo día un proyecto de ley para la disolución del Parlamento israelí y el adelanto de las elecciones.

Levy dijo que se lo había comunicado ayer a Barak, así como a los jefes de los grupos parlamentarios de la coalición gobernante y de la oposición. Entre éstos, a los dirigentes del partido de derechas Likud -el principal de la oposición-, a la formación política de los ultraortodoxos Shas y a la de los inmigrantes rusos Israel Bealiá. Estas dos últimas han abandonado recientemente el Gabinete. El jefe de la diplomacia israelí no dimitió ayer, como estaba previsto, y dio de ese modo a Barak, con quien se entrevistó por la mañana, un escasísimo margen de tres días -hasta el miércoles-, que se reduce casi a cero puesto que el Likud decidió ayer mismo que no celebrará negociaciones para la formación de un "Gobierno de unidad nacional", y que hará todo lo posible por hacer caer al Ejecutivo de Barak.

Pero Barak aún tiene un respiro porque Levy -un "eterno contestatario" que abandonó el Likud y el Ejecutivo de su anterior líder, Benjamín Netanyahu, el año pasado, y ahora hace lo mismo con el actual jefe del Gobierno- dijo que se abstendrá cuando hoy el Parlamento vote dos mociones de censura. Una de ellas fue presentada por el Likud "porque Barak ha hecho concesiones de largo alcance en Camp David", y otra por la izquierdista Lista Árabe Unida debido a que el prmer ministro no alcanzó un tratado definitivo de paz en la reciente cumbre que celebró con el líder palestino, Yasir Arafat.

Pese a que la cumbre de Camp David no arrojó resultados concretos, negociadores israelíes y palestinos volvieron a reunirse ayer a varios niveles, para borrar la imagen del fracaso y sobre todo para ahuyentar el fantasma de una confrontación violenta entre ambas partes.

Por otro lado, las Fuerzas Interinas de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) comenzaron a desplegarse ayer en la frontera entre Israel y ese país árabe vecino, después de que miembros del grupo integrista libanés Hezbolá (Partido de Dios) bloquearan durante más de una hora el despliegue de esas tropas de pacificación de la ONU en una nueva posición fortificada situada en la región de Remeish. Los miembros de Hezbolá, un movimiento que controla ahora de hecho el sur de Líbano desde la retirada israelí, dijeron que no se les había informado con antelación de que a la zona llegarían cuarenta soldados de la ONU, provenientes de Nepal, por lo que tenían que consultar su instalación en la zona con el Gobierno libanés.

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