Después de Camp David
Atrapados en un matrimonio incómodo, israelíes y palestinos no pueden acordar ni la reconciliación ni el divorcio. El colapso del maratón de quince días en Camp David ha demostrado que ni el más entusiasta consejero matrimonial ha podido llevar adelante su plan. (...) Si Clinton no ha sido capaz de conseguir que Barak y Arafat cedan en sus posiciones, probablemente suponga que estas posiciones, al menos a corto plazo, son irreconciliables.Tanto Arafat como Barak están preocupados por evitar el directo y probablemente sangriento enfrentamiento que se daría si los palestinos siguen adelante y se proclaman como Estado independiente, y los israelíes, en respuesta, se anexionan zonas de Cisjordania (...).
En cierta medida se puede decir que los dos líderes lo han hecho bastante bien en otras cuestiones importantes, incluyendo los límites del Estado palestino. El debate, en el que se han aireado temas tabú, ha sido útil. (...) El objetivo ahora es limitar el daño (...).
¿Cómo evitar el choque? Quizás incorporando la discusión sobre el Estado palestino a la próxima ronda de negociaciones. Volver a las negociaciones intermedias es una triste frustración después de las altas expectativas de un acuerdo pleno, pero, tras el colapso de la cumbre, es la aproximación más útil. Según el calendario de Oslo, Israel debe otra retirada a los palestinos, y debería liberar más presos políticos. Una interpretación generosa de ambas medidas podría recuperar parte de la buena voluntad que ha sido malgastada en Camp David (...).
Londres, 29 de agosto
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