Jatamí defiende un Jerusalén palestino en medio del silencio árabe

El presidente iraní, Mohamed Jatamí, defendió ayer, horas antes de que se conociera el fracaso de las conversaciones de Camp David, que "Jerusalén es una parte inseparable de la tierra islámica y árabe, y que debe ser gobernada por los palestinos". Sus palabras contrastan con el silencio guardado por los líderes árabes durante las dos semanas que ha durado la cumbre tripartita que intentaba alcanzar un acuerdo final para el conflicto israelo-palestino."El asunto de Jerusalén no es solamente un problema de conflicto entre israelíes y palestinos, sino que esta ciudad es el primer lugar santo del islam y el símbolo mismo de la causa islámica", subrayó Jatamí en un comunicado difundido por la radio iraní. El presidente iraní reforzaba así el valor simbólico que la Ciudad Santa tiene no sólo para los árabes, sino para todos los musulmanes.

La firmeza de Jatamí en la reclamación resulta aún más llamativa cuando se compara con la de los líderes árabes. Aunque ninguno ha dejado entrever tampoco una disposición al compromiso con Israel en ese punto, su silencio durante las dos semanas de negociaciones ha llamado la atención de los observadores. Tampoco la petición de la diplomacia estadounidense para que evitaran cualquier comentario que pudiera perjudicar el desarrollo de la cumbre explica por completo tan inusitada discreción.

Durante el encierro de Arafat y Barak en Camp David, varios diplomáticos árabes coincidieron en una recepción en Madrid y en ningún momento el asunto de la cumbre centró sus conversaciones. Azuzados por las preguntas de la periodista, algunos de ellos movieron la cabeza y reconocieron que se trataba de una tarea ardua. Ninguno reaccionó en contra de las propuestas de división y soberanía compartida que entonces se barajaban.