El Gobierno de Brasil confisca 62,7 millones de hectáreas en manos de 1.899 propietarios irregulares

El Gobierno de Brasil ha usado mano dura con los 1.899 propietarios de grandes extensiones de terrenos que no han podido demostrar la legitimidad de dichas propiedades, que ascienden a 62,7 millones de hectáreas. Transcurridos los tres meses que el Gobierno había dado para regularizar la situación de tres mil haciendas, la propiedad de las tierras cuya legalidad no ha sido probada ha quedado cancelada. Según el Ministro de la Reforma Agraria, Raul Jungman, se ha tratado de una "importante decisión política que somete las grandes propiedades al Estado de derecho". Según el ministro, dichas propiedades no eran otra cosa que "puro papel que servía sólo para el blanqueo de dinero".
El ministro ha añadido que el latifundio improductivo de Brasil, una de las mayores plagas de este inmenso país, "ha recibido un duro golpe en el hígado". Precisamente eran estas tierras improductivas las que durante los últimos años solían ser invadidas por el Movimiento de los Sin Tierra para darlas a pobres campesinos para su cultivo pagando a veces dicha osadía con la muerte a manos de pistoleros a sueldo de los propietarios ilegales.
Ahora, los tribunales de Justicia actuarán contra cada uno de los ex propietarios de terrenos para que puedan pasar al Estado, que decidirá sobre su futuro uso. Las fincas confiscadas están distribuidas por todo el territorio nacional, pero fundamentalmente en la región norte del país, con 33,5 millones de hectáreas. En el noroeste son 10 millones; en el centro-oeste, 18 millones. Donde menos propiedades confiscadas aparecen es en el suroeste, 830.000 hectáreas, y en el sur, con 137.000.
El biólogo Márcio Ayres declaró a EL PAÍS que en los registros de la propiedad, que se pasan de padres a hijos y que a veces están en manos de auténticas mafias, llegan a envejecer artificialmente el papel para que los títulos de propiedad parezcan antiguos. Los hacenderos inscribían los títulos de propiedad falsos en otras instituciones, incluso estatales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Cómo llegaron los líderes europeos al acuerdo para financiar a Ucrania
Así pone en peligro la vida de menores ChatGPT, según un experimento realizado por EL PAÍS
Todo lo que tienes que saber para seguir la jornada electoral de Extremadura
El Louvre, en su punto más bajo: ¿qué le pasa al museo más famoso del mundo?
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción
- Manuel Castells, sociólogo: “El mundo está en un proceso de autodestrucción”




























































