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Reportaje:

La solidaridad que nace en Barcelona

Barcelona Solidaria ha destinado más de 3.000 millones de pesetas a proyectos de cooperación desde 1994

Concienciación ciudadana

Tras 10 años de guerra civil, los salvadoreños saben más de sufrimiento que de agricultura. Cuando se firmó la paz en El Salvador, en 1992, se puso en funcionamiento una reforma agraria para repartir con algo más de justicia las tierras, controladas por grandes terratenientes. La mayoría de los nuevos propietarios de la zona del Bajo Lempa eran guerrilleros. Para ayudarles a desarrollar la agricultura de la zona, la fundación Món-3 ha llevado a cabo un proyecto de formación agrícola específica para enseñar a los nuevos labradores a cultivar su tierra.Este proyecto finalizó en febrero de 2000 y costó alrededor de 20 millones de pesetas. Casi 7 millones los aportó el Ayuntamiento de Barcelona con su programa de Barcelona Solidaria. Desde 1994, este programa ha repartido 3.000 millones de pesetas entre más de 500 ONG para que pudieran llevar a cabo alrededor de 1.100 proyectos.

Transparencia

La comisión de Barcelona Solidaria establece unas áreas geográficas de intervención prioritaria y de ayuda de emergencia. Estas zonas son Latinoamérica, los Balcanes, el área mediterránea y el continente africano. Las entidades presentan proyectos de actuación para someterlos a su aprobación.

El pasado 14 de julio, la comisión aprobó 79 proyectos que se llevarán a cabo en el año 2000 y que suponen unos 346 millones de pesetas en subvenciones. Barcelona Solidaria no aporta nunca más del 50% de la financiación de cada proyecto.

"Queremos llegar al 0,7% de los ingresos del Ayuntamiento", afirma Pere Alcober, presidente de la comisión de Barcelona Solidaria. "Pretendemos animar también al sector privado. Nuestro reto para el año 2001 es establecer un sistema de cooperación entre Barcelona Solidaria y el resto de entidades de la ciudad", añade Alcober.

Barcelona Solidaria destina el 75% de sus fondos a estos proyectos que se llevan a cabo en los países considerados de "intervención prioritaria". El 25% restante se adjudica a otro tipo de actuaciones que suceden en la ciudad de Barcelona, cuya finalidad es concienciar a los ciudadanos sobre temas como la inmigración o divulgar la situación en que se encuentran determinados países. La fiesta de la diversidad que organiza cada mes de mayo SOS Racismo encajaría dentro de este tipo de proyectos. "La fiesta aporta un debate político de reflexión sobre la actualidad, la igualdad, la educación, la situación en Argelia", explica el coordinador del evento, Chus Blanco.La idea de la fiesta nació hace ocho años. Su organización cuesta alrededor de 42 millones de pesetas, de los que Barcelona Solidaria aporta cada año 8.600.0000. "Además de una actividad lúdica, desde el principio la fiesta disponía de una zona de actividades como la reflexión, el debate, una zona infantil, etcétera. Se fue creando a base de una lluvia de ideas", explica Blanco.

Para que las ONG más pequeñas puedan mejorar su infraestructura, Barcelona Solidaria les aporta además otro tipo de financiación. "Apoyamos a ONG más pequeñas para que hagan un trabajo voluntario y formen un tejido social organizativo de la ciudad", afirma Alcober. Xavier Latorre, representante de la fundación Món-3, afirma que para una ONG pequeña es más fácil establecer contacto con ayuntamientos que con otro tipo de entidades.

"Nuestra relación es mucho más fluida, más de diálogo que con otras entidades", asegura Alcober. "Hay menos burocracia. La Administración local tiene mayor flexibilidad y no está condicionada por tantos intereses políticos", añade.Daniel Cando, vicepresidente de Barcelona Solidaria, asegura que la entidad es absolutamente transparente y que en ella no priman intereses políticos ni ideológicos. "El Ayuntamiento garantiza la transparencia en la adjudicación de proyectos mediante una valoración a posteriori", explica Cando. "El ciudadano exige saber adónde va su dinero. De esta manera se potencia además la conciencia ciudadana". Aquellos proyectos que han obtenido una buena valoración tienen la posibilidad de que se apruebe uno de continuidad para el año siguiente. Éste es el caso de diversas acciones que Educación Sin Fronteras ha llevado a cabo con diversas aportaciones de Barcelona Solidaria.

"Muchas veces se presenta un proyecto para un año, pero exige continuidad", explica Armando Carballido, representante de Educación Sin Fronteras. Esta ONG llevó a cabo un proyecto de educación y participación comunitaria en Medellín en 1994, que se prolongó dos años más de lo previsto en un primer momento.

Los proyectos presentados se puntúan siguiendo una normativa específica para establecer si cumplen los requisitos exigidos para ser financiados. Esta normativa es pública, aprobada por el pleno del Ayuntamiento.

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