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Los estudios previos del Consell apuestan por una fusión de las cajas que gradúe los costes sociales

Los estudios previos del Consell sobre la fusión de Bancaixa y la CAM apuestan por una fusión de ambas entidades que reduzca de forma gradual los costes sociales derivados de la duplicidad de la red de sucursales y, sobre todo, de sus cúpulas directivas. Los informes elaborados por ambas entidades ofrecen, según fuentes oficiales, un "escenario óptimo" en función de sus intereses inmediatos. Pero la consecución de ese escenario no debe interpretarse como un choque traumático sino como resultado de una secuencia a medio plazo cuya definición es el aspecto que la Generalitat echa a faltar en ambos estudios.

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Las divergencias entre los informes elaborados por ambas entidades son notables. El estudio de Arthur Andersen, pagado por Bancaixa, sugiere que deberían sacrificarse 150 oficinas, prescindir de 1.000 empleados para evitar duplicidades e invertir unos 100.000 millones en el proceso de fusión. El paralelo estudio de Boston, pagado por la CAM, eleva a 190 las sucursales que deberían cerrarse, cifra el coste social en 1.400 puestos de trabajo y eleva a 400.000 millones los costes de la fusión.Dadas las circunstancias, fuentes oficiales expresan cierto malestar debido al carácter evidentemente interesado de los estudios elaborados por ambas entidades. Tanto Bancaixa como la CAM presentan fotografías de un escenario óptimo, pero eluden abordar cuestiones técnicas esenciales en todo proceso de fusión, como las relativas al equipo directivo, la sede social o la futura marca comercial de la entidad fusionada.

Pero sobre todo, eluden el desarrollo técnico de un eventual proceso de fusión y presentan objetivos que deben alcanzarse a medio o largo plazo como una realidad inmediata.

Fuentes oficiales consideran "miope" vincular los beneficios de la fusión a una cifra de trabajadores afectados. Los estudios previos del Consell consideran que la duplicidad de sucursales afecta sólo a un 5% de la red. El movimiento natural de cada una de las entidades, los cambios de ubicación de sucursales por asuntos tan irrelevantes como cambios en los alquileres, por ejemplo, permitiría solventar el problema en un plazo máximo de tres años, según las mismas fuentes. Una adecuada coordinación de la "vida" de las oficinas resolvería el problema de forma casi natural.

Del mismo modo, el salto cualitativo en la capacidad financiera de una futura entidad fusionada permitiría la entrada en nuevos ámbitos de negocio y el propio crecimiento vegetativo de la misma ofrecería la posibilidad de asumir los costes sociales de forma paulatina sin movimientos violentos.

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Digestión

Las mismas fuentes aluden a fusiones bancarias recientes, cuyo proceso de digestión se ha dilatado entre tres o cuatro años. El Banco Santander Central Hispano, por ejemplo, se ha otorgado un plazo de dos años para compatibilizar sus sistemas informáticos. Un plazo excesivo que dificílmente pueden permitirse las cajas de ahorro de la Comunidad Valenciana, pero que sugiere que las urgencias no son inmediatas.La convivencia de marcas que mantiene el BSCH también es apuntada como una posibilidad a tener en cuenta. Fuentes oficiales recuerdan que Banesto sobrevive como marca separada a pesar de que pertenece hace tiempo al actual BSCH "con magníficos resultados".

Sin embargo, las grandes fusiones bancarias presentan grandes diferencias con la integración de las dos principales cajas de la Comunidad Valenciana, sobre todo por su tamaño, su volumen de negocio y su implantación territorial.

El coste social de la integración se dispara en los servicios centrales de ambas entidades. La reducción a la mitad de la cúpula directiva es clave, pero fuentes oficiales insisten en dilatar los plazos para evitar sacrificios innecesarios de forma precipitada y reiteran que el crecimiento vegetativo y las nuevas posibilidades de negocio ofrecen perspectivas que los estudios no recogen.

La creación de un poderoso grupo financiero valenciano es un sueño que se arrastra desde hace años. Y la urgencia de la Generalitat, que apuesta por despejar el asunto en breve, reside en la bonanza de la actual situación económica. "En el actual escenario económico las cuentas de resultados ofrecen unos márgenes fantásticos" para abordar la fusión, comentan fuentes de la Generalitat.

Cuando la Generalitat insiste en despejar el proceso se refiere, exclusivamente, a la necesidad de establecer un calendario de trabajo para proceder a una integración paulatina, que evite problemas de orden político.

Fuentes de la Generalitat expresan su sorpresa, además, por el hecho de que Bancaixa haya logrado trasladar a la opinión pública una clara posición de privilegio ante un posible proceso de fusión que no corresponde exactamente con la realidad. Del mismo modo que consideran sorprendente que la CAM aparezca como víctima en una operación que debe beneficiar a ambas entidades.

Todas las fuentes oficiales coinciden al señalar que las resistencias de algún máximo responsable de una de las entidades son el mayor problema para un normal proceso de fusión. Las divergencias en los modelos de estimación de riesgos o en las ofertas de seguros de ambas entidades, por ejemplo, fuerzan una futura unidad de criterio que se traducirá en la caída de altos directivos. Pero las mismas fuentes insisten en que esos sacrificios no tienen porque recaer de lleno sobre una de las dos entidades, sino que pueden ser compartidos.

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