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JOHN G. McHUTCHINSON Hepatólogo

"Sin hepatitis C se evitaría el 40% de los trasplantes"

En todo el mundo, 150 millones de personas están contagiadas por el virus de la hepatitis C, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta infección, que acaba haciéndose crónica en el 70% de los casos y puede evolucionar a cirrosis o cáncer de hígado, es la primera causa de trasplante hepático en los países desarrollados. El hepatólogo estadounidense John G. McHutchinson, de la clínica Scripps de La Jolla (California), considera que la erradicación de este virus supondría "la reducción del 40% de los trasplantes hepáticos".Sus investigaciones, junto con las del francés Thierry Poynard, convirtieron, a finales de los noventa, la terapia combinada de interferón alfa 2-b y ribavirina en el tratamiento estándar de esta infección vírica del hígado. Ahora, sus trabajos, publicados este año en Hepatology y en The Lancet, defienden el tratamiento a la carta y demuestran la necesidad de adaptar la terapia a las características del paciente para obtener mayores tasas de curación.

McHutchinson, que ha participado en Madrid en una reunión científica, sostiene que para instaurar las pautas posológicas del tratamiento de la hepatitis C se deben tener en cuenta los siguientes factores: el sexo y la edad del paciente, que no son modificables, así como el genotipo del virus, la carga viral y la afectación hepática.

"Tienen mejor pronóstico", explica, "los menores de 40 años, el sexo femenino, los genotipos virales 2 y 3, una carga viral baja y cuando no hay daño hepático. Si hasta ahora hemos podido hablar de una tasa de curación del 40% en pacientes no seleccionados y tratados con interferón 2-b y ribavirina, esa tasa se incrementa al 50% con interferón pegilado y ribavirina, y el porcentaje se podría elevar a más del 70% si seleccionáramos los pacientes tratados".

Para McHutchinson, la hepatitis C puede considerarse curada cuando, pasados seis meses tras un año de tratamiento, "los pacientes siguen manteniendo el virus negativizado en la sangre, las transaminasas normalizadas y la función hepática estable".

Todo hace pensar, según el hepatólogo, en una respuesta sostenida indefinidamente -es decir, en una erradicación del virus-, para cuya confirmación "se necesitan de 20 a 30 años, puesto que se está curando esta infección desde hace muy poco tiempo, y también hay que descartar la eventual existencia de reservorios, que facilitarían la aparición de una reinfección y que por el momento no se conocen".

La prevalencia del virus de la hepatitis C es del 1,8% de los adultos en EE UU, a juicio de McHutchinson, mientras que en España es del 2% al 3%, por la mayor prevalencia de drogadictos por vía parenteral y de infectados por transfusión antes de 1990, identificado el virus. Cada año se diagnostican en España unos 1.000 casos nuevos.

El hepatólogo californiano admite que siguen sin estar claras las vías de transmisión del virus C; en particular, la sexual. "Sabemos que se transmite por la sangre; de ahí que se hayan infectado personas que fueron transfundidas antes de su identificación, así como los drogadictos por vía parenteral. También se está confirmando el contagio en cocainómanos, al romperse algunos capilares de la nariz por inhalación de la droga y compartir posteriormente el artilugio empleado".

Se ha comprobado la transmisión de la madre al feto, pero "se ignora en qué momento se produce el contagio, y se cree que podría ser durante el embarazo, y no en el parto, pues los niños nacidos mediante cesárea también pueden tener la infección".

Por lo que se refiere a la transmisión sexual, este especialista apunta que el contagio por esta vía no está suficientemente demostrado, ya que "es muy difícil que se produzca en la pareja estable de un infectado, aun sin tomar medidas profilácticas".

En los últimos 10 años se han desarrollado intentos de trasplantes de hígado de donantes infectados a receptores también positivos y se ha observado que a los cinco años el 30% a 50% de estos pacientes acaba desarrollando hepatitis crónica, pero, "curiosamente, la supervivencia en el mismo periodo de los trasplantados positivos es similar a la de los pacientes sometidos a trasplante hepático por otras causas".

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