El cáncer de ovario se diagnostica tarde

El cáncer de ovario es la cuarta causa de muerte por enfermedad tumoral maligna en los países desarrollados, tras los cánceres de mama, intestino grueso y pulmón. En España, cada año se diagnostican unos 3.000 nuevos casos y mueren 1.600 mujeres por esta causa. Es una de las neoplasias con peor pronóstico y mayor tasa de mortalidad, porque en el 60%-70% de los casos se diagnostica en fases muy avanzadas, ya que no suele presentar síntomas iniciales específicos."El tumor va creciendo en el ovario y, al no producir sintomatología y ser este órgano una estructura profunda, evoluciona hasta alcanzar otros órganos, fase en que ya puede dar síntomas, pero en la que se reducen las posibilidades de curación", afirma César Mendiola, coordinador del Grupo Español de Investigación en Cáncer Ginecológico.

Este especialista, que participó en una reunión científica en Tenerife, considera que este tumor representa un grave problema sanitario por "el diagnóstico tardío, la tendencia a incrementar su frecuencia y el limitado impacto de los esfuerzos en prevención primaria y secundaria".

Según Mendiola, la prevalencia creciente del cáncer de ovario se debe en gran medida "al aumento de la esperanza de vida y la nuliparidad, puesto que es mucho más frecuente a partir de los 60 años y en las mujeres que no han tenido hijos".

Los años fértiles de la vida de una mujer están relacionados con este tumor. Una historia ginecológica de ovulación prolongada -es decir, de menarquia o primera regla precoz y menopausia tardía- incrementa el riesgo, a juicio de Andrés Cervantes, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario.

El 90% de los tumores malignos de este órgano del aparato reproductor femenino son carcinomas epiteliales. En la mayoría de los casos, las manifestaciones iniciales son un aumento del volumen de la región inferior del abdomen o vagas molestias abdominopélvicas, descritas por las pacientes como sensación de gases y distensión abdominal.

Para los especialistas, la mejor forma de lograr un diagnóstico precoz de este tumor es que todas las mujeres, a partir de los 30 años de edad, se sometan anualmente a una revisión ginecológica en la que se incluya una ecografía de la zona pélvica. "Cuando el tumor se detecta en las fases iniciales, se puede obtener la curación mediante cirugía y quimioterapia en un 70% de los casos. En estados más avanzados, las posibilidades de curación se reducen significativamente", apuntó Miguel Ángel Izquierdo, del Instituto Catalán de Oncología (ICO).