Sanz cayó con la octava
El club logró bajo su presidencia dos Ligas, dos Copas de Europa y una Intercontinental
Lorenzo Sanz Mancebo ya no es presidente del Real Madrid. Él mismo fijó la fecha de su salida del club el día en que, confiado por la cercana conquista de la octava Copa de Europa, decidió convocar elecciones: 16 de julio de 2000. Ese día terminó la polémica etapa de este industrial madrileño de 57 años, que durante los últimos cinco ha sido el máximo dirigente del club blanco. Cinco años de luces y sombras, de grandes triunfos y fracasos sonados, de excepcionales jugadores y futbolistas mediocres, y de cifras. Unas cifras, las de la deuda del club, alrededor de 40.000 millones de pesetas, que han erosionado la imagen de este hombre ligado al club desde 1982, año en que entró como vocal en la junta directiva del entonces presidente, Ramón Mendoza.Sanz accedió a la presidencia tras la dimisión forzada de Mendoza, en noviembre de 1995. El entonces vicepresidente no necesitó el refrendo de los socios en las urnas, los estatutos del club se aliaron con él para investirle como 26 presidente en la historia de la entidad sin necesidad de convocar elecciones. Las convocaría dos años después, en 1997, pero entonces sólo hubo un candidato, Lorenzo Sanz.
Uno de los reproches más repetidos al ex presidente durante estos cinco años ha sido la falta de un proyecto deportivo estable. Por el club han pasado siete entrenadores (Valdano, Arsenio Iglesias, Capello, Heynckes, Hiddink, Toshack, y el actual, Del Bosque), con una propuesta futbolística distinta. Sin embargo, a pesar de ese maremágnum de nombres y estilos, el Real Madrid ha conseguido algunos de los mayores logros deportivos de su historia reciente bajo el mandato de Lorenzo Sanz. Dos Ligas (95 y 97), dos Copas de Europa (98 y 2000), y una Copa Intercontinental (99) son el legado a la sala de trofeos de la etapa Sanz.
Muy celebrada por el madridismo fue la primera de sus dos últimas Copas de Europa, la de 1998 en Amsterdam frente al Juventus, con Heynkes en el banquillo, tras 32 años en los que el más prestigioso torneo europeo había dado la espalda al club de Chamartín.
Un año antes, en 1997, Sanz tuvo uno de sus mayores aciertos al frente del club al adelantarse en unos meses al espectacular aumento del precio de los jugadores que se produjo tras la entrada en el fútbol del dinero de las televisiones, contratando a jugadores de la talla de Roberto Carlos, Seedorf, Suker, o Mijatovic, por menos de 3.000 millones todos ellos.
No ha tenido tanta suerte, en cambio, con sus últimas incorporaciones, empezando por el polémico desembolso por el delantero francés Nicolás Anelka, que costó unos 5.600 millones y ha dado un rendimiento decepcionante, o las de futbolistas que no han demostrado nada como Baljic o Geremi.
Pero el verdadero talón de aquiles de Sanz ha sido la gestión económica. Sanz heredó un club endeudado y con los recursos hipotecados por su antecesor en el cargo. Junto a su brazo derecho, y supuesto cerebro de las finanzas, el ex vicepresidente Juan Onieva, intentó modernizar las estructuras de la entidad. Sin embargo, las cifras de endeudamiento no han hecho sino aumentar en estos años, alcanzando, según los detractores del ex presidente, más de 40.000 millones. Además, el supuesto desvío de algunas partidas presupuestarias del club ha arrojado sombras sobre su gestión. Estos episodios no aclarados por el ex presidente han sido una de las grandes bazas del nuevo mandatario, Florentino Pérez, para ganar unos comicios que nunca se hubieran celebrado en estas fechas si el Madrid no hubiese ganado su octava Copa de Europa.
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