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Entrevista:Ramón Martín MateoPremio Jaime I a la Protección del Medio Ambiente

"Hay que poner coto a la edificación"

El premio Rey Jaime I a la Protección del Medio Ambiente, el catedrático emérito de Derecho Administrativo y ex rector de la Universidad de Alicante Ramón Martín Mateo, reclama una oportunidad para que dejen demostrar a los científicos que la potabilización del agua del mar es más rentable que los trasvases, que son "el follón del siglo". El galardonado aboga por poner coto a la proliferación de suelo edificable en la Comunidad Valenciana.Pregunta. Al término desarrollo sostenible, políticamente correcto, se apela frecuentemente con demagogia. ¿Es sostenible el desarrollo actual?

Respuesta. El desarrollo sostenible es tan razonable como no comerse la gallina de los huevos de oro, tan elemental como el vive y deja vivir y tan imprescindible como coger la fruta y no talar el árbol. Pero nosotros no hacemos eso. Nos estamos cargando el capital, el componente de la biosfera. No estamos preparados genéticamente para preocuparnos por las generaciones futuras. Nos encogemos de hombros. Cuando a Groucho Marx le preguntaban por las generaciones futuras decía que no le importaban, porque aquellas no habían hecho nada por él. Una paradoja.

P. ¿Y usted qué dice?

R. Que la gasolina, por ejemplo, es muy barata. No pagamos su coste de reposición, sólo la extracción, la transformación y la distribución, pero no el relleno del foso, ni los residuos que van a la atmósfera como consecuencia de la combustión, que son los que están incidiendo en el cambio de clima. El clima ya está cambiando.

P. ¿Se perciben ya los efectos del cambio climático?

R. La penuria del agua que padecemos se acentúa a consecuencia del cambio de clima. El problema en la Comunidad Valenciana es que si a nuestro privilegiado clima se le suma el agua se produce una gran rentabilidad económica. No podemos arriesgarnos a pensar exclusivamente en los trasvases de cuenca, muy mal acogidos en los lugares de procedencia, y que si no se hacen bien dan lugar a una cierta prodigalidad hídrica.

P. ¿No apoya los trasvases?

R. La apuesta de los estudiosos del Instituto del Agua es fomentar la desalación del agua del mar y la reutilización de las aguas residuales.

P. ¿Se pueden obtener buenos resultados?

R. Sí. Técnicamente está demostrado, aunque indudablemente encarece el agua. Esto no ha de asustarnos, porque no hay nada más caro que un litro de agua mineral. Seguro que todos estaríamos dispuestos a pagar un poco más en la factura del agua si tuviéramos la seguridad de que nunca faltará.

P. Se habla de traer a la Comunidad agua del Ródano.

R. Es un río caudaloso que surca regiones con altos niveles de precipitaciones, qué más da que vaya a parar al Mediterráneo por su desembocadura que por Murcia o por Almería. Pero el problema es que las obras hídricas son muy costosas. No obstante, queremos que nos den la oportunidad para demostrar matemáticamente que es más barato sacar el agua del mar y potabilizarla que traerla del Ródano o del Ebro con canales, centrales y pantamos. Es el follón del siglo.

P. Medio Ambiente ha realizado 2.000 inspecciones en seis meses y no ha tramitado denuncias al fiscal.

R. No todo se resuelve con el garrote, pero de vez en cuando hay que esgrimirlo. La política represiva es imprescindible. Lo que más echo en falta es una conciencia generalizada. Por ejemplo, algo tan simple como los residuos urbanos. Tenemos una ley que va ya por el segundo año desde su publicación y todavía no se cumple. Los hogares no están mentalizados para colaborar en algo tan simple como separar la basura orgánica de la demás.

P. ¿Cómo ve el papel de los ecologistas? ¿Exageran?

R. A veces hay que exagerar para llegar lejos. Hay que contrarrestar la atonía generalizada con el idealismo ecologista. Luego hay algunos que se autodominan ecologistas que, en realidad, son sensacionalistas que sólo quieren salir en los papeles. Pero, en general, los ecologistas sensibles y sensatos son un componente imprescindible en esta sociedad apática.

P. En Baleares han abierto el debate de la ecotasa.

R. La ecotasa me parece fenomenal en las Baleares. Lo que quieren allí es poner un cartel que diga no hay billetes. Todo es limitado, y más en una isla. Entiendo la ecotasa no como un tributo para limitar el número de turistas, sino para que éstos estén bien atendidos. No podemos tener equipamientos adecuados si no colaboran los usuarios. Pero más importante es la necesidad de limitar el suelo edificable.

P. ¿Y aquí?

R. Estamos acostumbrados a urbanizar, si nos dejan, hasta dentro del mar. Una de las personas más inteligentes que he conocido en materia de urbanismo es la alcaldesa del Calvià (Mallorca). Ella defiende que lo interesante es crear hoteles, no urbanizaciones ni adosados, que ocupan mucho espacio para muy poco tiempo y necesitan muchos servicios e infraestructuras.

P. ¿Cree que las edificaciones amenazan los humedales de la Comunidad?

R.Tenemos, por imperativo, que conservarlos. Son intocables, y absurdo destruirlos para hacer chalés aunque tengan un gran atractivo paisajístico.

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