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DERECHOS HUMANOS

La izquierda italiana se suma a la marcha del Orgullo Gay

Culmina en Roma una semana internacional en defensa de los derechos de los homosexuales

Decenas de miles de personas desfilaron ayer bajo un sol de justicia por las calles de Roma en defensa de la identidad homosexual y de los derechos de una comunidad que exige ser homologada cuanto antes a la de los heterosexuales. La izquierda italiana hizo suya la reivindicación con una fuerte presencia en la marcha. La convocatoria del Orgullo Gay no alcanzó, sin embargo, la afluencia prevista, ni tuvo tampoco el colorido y la brillantez de pasadas ediciones.

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Fue un desfile ordenado el que recorrió las calles de Roma hasta el Circo Massimo, después de haber bordeado el Coliseo. Al pasar por el monumento que simboliza a los mártires de todas las épocas se oyeron gritos de "Victoria. Es nuestro", en referencia a las dificultades encontradas por los organizadores de la marcha para aproximarse al monumento. No hubo provocación ninguna al Vaticano, como temían la jerarquía católica y las autoridades políticas italianas, ni al Jubileo del 2000, que no registra estos días especial afluencia de peregrinos.La marcha, encabezada por un grupo de motoristas, contó con una elevada presencia de políticos de la izquierda italiana y, como toda manifestación que se precie en este país, con más de un sacerdote disidente de la línea oficial de la Iglesia católica, que condena la homosexualidad, aunque acepta al homosexual, como un ejemplo más de las "debilidades humanas".

Entre los asistentes había transexuales maquillados con esmero y vestidos con lujos de carnaval, y muchos gay disfrazados dispuestos a pasar una tarde de fiesta al son de las orquestinas que acompañaron al cortejo. Pero, junto a los símbolos del movimiento gay (banderas con el arco iris y pancartas alusivas a la condición homosexual: "Mamá, no soy un enfermo ni un depravado, soy un gay"), podían verse infinidad de otras banderas: desde las comunistas hasta las de algunas de las nacionalidades de los participantes en la marcha y símbolos con las siglas del movimiento sindical, desde los grupos autónomos o Cobas hasta el principal sindicato del país, CGIL.

A la cabeza de la marcha figuraba una ministra, la titular del Departamento de Igualdad de Oportunidades, Katia Bellillo, miembro del Partido de los Comunistas Italianos, además del secretario general del ex comunista partido de los Demócratas de Izquierda, Walter Veltroni, acompañado por el viejo líder comunista Armando Cossutta, y su antiguo compañero de partido y hoy rival, Fausto Bertinotti. La decisión de última hora de Veltroni de acudir a la manifestación fue calificada de "oportunista" por uno de los líderes históricos del movimiento homosexual italiano, Angelo Pezzana. Varios representantes de Los Verdes -formación que acaba de presentar en el Parlamento un borrador de proyecto de ley que equipara los derechos de las parejas homosexuales a los de los heterosexuales-, figuraban también entre los grupos de cabeza. En las últimas filas ocuparon su sitio, en cambio, los líderes radicales Emma Bonino y Marco Pannella. El senador verde Luigi Manconi justificó su presencia con una frase lapidaria: "Sería gravísimo no haber venido". Sobre todo teniendo en cuenta que la marcha del Orgullo Gay ha vuelto a levantar las barricadas entre izquierda y derecha en Italia, al encontrar la durísima oposición del presidente de la región del Lazio (de la que es capital Roma), Francesco Storace, del derechista partido de Alianza Nacional. No mucho más entusiastas con el desfile se han mostrado el primer ministro italiano, Giuliano Amato, y el alcalde de Roma, Francesco Rutelli, ambos miembros de la coalición de centro-izquierda, unidos todos en la defensa de las posiciones de la Iglesia.

Por su parte, la Federación Estatal de Lesbianas y Gays españoles anunció ayer que ha solicitado una entrevista al presidente del Gobierno, José María Aznar, para plantearle los problemas del colectivo.

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