El G-7 coordinará sus políticas contra los paraísos fiscales y el 'lavado' de dinero
Los países ricos no ofrecen nuevas alternativas para condonar la deuda del Tercer Mundo
Los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G-7) decidieron ayer coordinar su acción contra los paraísos fiscales y el lavado de dinero, así como los efectos de Internet y la necesidad de más transparencia del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero los siete países más ricos del mundo no ofrecieron nuevas alternativas -pese a las expectativas creadas- para condonar la deuda de los países más pobres del planeta. El G-7 se limitó a declarar que "se abordó el alivio de la deuda exterior del Tercer Mundo", sin ofrecer más detalles.
'Lavado' de dinero
Los siete países más industrializados del planeta hicieron pública ayer en Fukuoka (al sur de Japón) una declaración titulada Reforzar la arquitectura financiera internacional, en la que se resumen las reflexiones suscitadas por la crisis financiera asiática de 1997, que llevó al FMI a inyectar importantes sumas de dinero para ayudar a los países de la región."Para ser eficaz, el FMI y sus actividades deben ser transparentes para el público, justificables para sus miembros y coherentes con las lecciones de la experiencia y la evaluación interna y externa", afirma la declaración. Los ministros añaden que el FMI debe aplicar métodos mucho más abiertos y democráticos para poner fin a las críticas sobre sus criterios de préstamo internacional.
Los programas de rescate financiero del FMI para ayudar a los países a salir de la crisis y evitar el retroceso económico deben estar acompañados de criterios transparentes.
Los ministros de Finanzas del G-7 también trataron de analizar por primera vez las consecuencias en la economía de la revolución de Internet, saludando sus efectos sobre el crecimiento aunque subrayando la amenaza de que aumente la desigualdad. "Las tecnologías de la información tienen potencialmente el poder de reforzar el crecimiento de nuestras economías, aunque es difícil aún medir el fenómeno", afirman. Los países ricos destacan en su informe que esta revolución podría conducir a un mundo más desigual si no se adoptan "políticas macroeconómicas y estructurales adecuadas", y subrayaron que esa "revolución podría causar fugas de capital importantes e incrementar aún más las divergencias en los logros económicos de los diferentes países".
Por otra parte, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Japón "emitirán de forma simultánea advertencias dirigidas a sus instituciones financieras para instarlas a reforzar su vigilancia sobre las transacciones que implican" a 15 países identificados recientemente en una lista de la Financial Action Task Force (Fuerza de Supervisión Financiera).
"Esta respuesta coordinada y multilateral al blanqueo internacional de dinero es una etapa importante que refleja una nueva voluntad internacional de luchar contra la delincuencia financiera en el mundo", señala el informe. "La globalización de la economía ofrece ocasiones sin precedentes para los negocios y las finanzas, pero facilita también la capacidad de los lavadores de dinero sucio para que ayuden a los terroristas, traficantes de droga, crimen organizado y a los funcionarios extranjeros corrompidos", añaden los ministros. Si tales esfuerzos son inútiles, "en un momento oportuno los ministros contemplan medidas de represalia como la introducción de condiciones o restricciones a las transacciones financieras con sus jurisdicciones", advierten.Pero los ministros del G-7 no ofrecieron nuevas alternativas a la condonación de la deuda de los países pobres. Pese a las expectativas creadas, el responsable japonés de Fiinanzas, Kiichi Miyazawa, indicó al final de la reunión que "se abordó el alivio de la deuda exterior del Tercer Mundo", aunque no dio más detalles.
Los ministros acordaron, según Miyazawa, que los respectivos países preparen un informe sobre los avances en la iniciativa para reducir en 100.000 millones de dólares la deuda de los países pobres, lograda en la cumbre de los jefes de Estado y Gobierno del G-7 el pasado año en Colonia (Alemania). Esos informes se presentarán en la cumbre de estadistas del G-7 y Rusia que tendrá lugar en la isla japonesa de Okinawa del 21 al 23 de julio próximos.
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