Cook se desmarca de la política oficial británica sobre el euro
Oposición popular
Las disensiones en el Gobierno británico respecto a la adopción del euro, que dañaron gravemente a las anteriores administraciones conservadoras, afloran también en el Ejecutivo laborista. El equipo de Tony Blair se presenta crecientemente dividido en dos bandos a pesar de mantener en público la política oficial de "esperar a que se cumplan las condiciones favorables para la economía británica", que defiende a rajatabla el ministro de Finanzas, Gordon Brown. Desde el campo contrario, los titulares de Exteriores, Robin Cook, de Comercio e Industria, Stephen Byers, y de Irlanda del Norte, Peter Mandelson, intentan lanzar la campaña a favor del euro que garantice un resultado positivo en el referéndo sobre la cuestión prometido por Blair."La mayoría del público [británico] cree que unirse al euro es inevitable. Pienso que tienen razón", dijo Cook la noche del jueves en un discurso ante sindicalistas europeos. La oposición conservadora descubrió en su intervención una señal clara de la intención del Gobierno de abolir la libra, así como de las divisiones internas en el seno del neolaborismo. La fisura quedó aparente con la rectificación del portavoz del primer ministro, que ayer señaló que la entrada en la zona euro "no es inevitable". "Las palabras de Robin Cook se han tomado fuera de contexto", advirtió.
El ministro incluyó en su discurso resultados de los sondeos de opinión que muestran regularmente la oposición de la mayoría de los británicos al euro. Blair se hizo igualmente eco del creciente apego a la libra, pero advirtió que recomendará la moneda única "aunque sea impopular" siempre que favorezca los intereses del Reino Unido. "Un primer ministro debe deciros incluso lo que no queréis escuchar", dijo la noche del jueves, durante un programa de televisión centrado en preguntas de la audiencia "Si rechazamos el euro, damos la espalda al futuro de este país", continuó en una de sus más positivas intervenciones sobre la moneda única. Miembros del Gabinete comparten el criterio de Blair de que las inversiones extranjeras "se agotarán virtualmente" de descartar el euro indefinidamente. Pero, para sus socios europeos, las repercusiones del aislamiento monetario británico se acusan incluso en esta fase de bonanza económica. "La actuación de la economía británica es admirable, pero está sufriendo considerablemente por no participar en el euro", señaló ayer el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Win Duisenberg, en declaraciones a un diario italiano.
"El comportamiento de la economía británica es admirable", manifiesta Duisenberg a Il Sole 24 Ore. Pero aún así "sufre mucho las consecuencias de su ausencia del euro". El presidente del BCE precisa que él habla en sentido estrictamente técnico y económico y que "la decisión debe tomarla el pueblo británico".
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