Fischer propone un presidente europeo "fuerte" elegido por sufragio universal

Joschka Fischer eligió ayer la Eurocámara para precisar algo más su proyecto de la futura Europa lanzado hace dos meses y que ha abierto un amplio debate en el seno de los Quince. El ministro alemán de Exteriores propone un "presidente fuerte" elegido por sufragio universal, que encabece un Gobierno representativo de todos los países miembros y un Parlamento bicameral: un Senado o cámara territorial y una Cámara baja compuesta por eurodiputados. "Soy un integracionista convencido", dijo el líder verde alemán.

Fischer, que habló ante la comisión de Asuntos Constitucionales reunida en Estrasburgo, había sido invitado por los parlamentarios con el fin de precisar su proyecto y despejar dudas sobre la misión que él otorga a la Eurocámara. De su discurso, el pasado 12 de mayo en la universidad de Humboldt, se podía concluir que el Legislativo europeo pasaría en la cabeza de Fischer a mejor vida. Ayer, sin embargo, fue más prudente al indicar que su proyecto encierra una cámara de los Estados o Senado, integrada por diputados de todos los países miembros, y una baja, que equivaldría al Parlamento Europeo.Fischer es partidario de una especie de semifederación europea, sin que ello suponga menoscabo a la identidad de cada nación, dotada de una Constitución. "La identidad nacional debe ser mantenida", sentenció en una señal para tranquilizar a los euroescép-ticos, especialmente británicos.

"El futuro presidente de Europa debería ser una figura fuerte, no simplemente una cabeza figurativa, con verdaderos poderes y elegido directamente por sufragio universal. No puede ser una persona débil escogida por el propio Parlamento. Tendría que contar con el pleno respaldo de los Estados miembros", explicó. Insinuó que su idea de elección del mandatario europeo se acerca más al modelo norteamericano, en el que el presidente es designado por los grandes electores en representación de todos los Estados federales.

Para el ministro alemán, el presidente de la Europa futura gobernaría con ministros en representación de los países de la Unión. Fischer defiende la existencia a medio plazo de la Comisión, aunque a la larga desaparecería y sería reemplazada por el Gobierno europeo: "Para mí la Comisión es verdaderamente el lugar del trabajo comunitario, pero lo que cuenta no es el número de comisarios, sino su poder constitucional".

Sobre la idea de crear un núcleo fuerte de países pioneros en la senda de la plena integración sugerida por Jacques Chirac, el político alemán no hizo suyo plenamente el plan del presidente de Francia. Para Fischer, cualquier proyecto de avanzadilla debe estar abierto sin excepción a todos los países que compongan la futura Europa de 30 o más naciones. El debate sobre el funcionamiento de la nueva Europa ampliada no puede quedar relegado, advierte el jefe de la diplomacia alemana: "Tendremos que abordar la discusión muy pronto, después del año 2002 . Si no tomamos decisiones, Europa se verá condenada a la parálisis".