Un tribunal de la UE multa a Volkswagen con 15.000 millones por prácticas anticompetitivas

El Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea ratificó ayer la multa récord contra Volkswagen impuesta por la Comisión Europea por prácticas anticompetitivas de sus concesionarios en Italia. El juez rebajó la multa inicial, que pasa desde 102 millones de euros (17.000 millones de pesetas) a 90 millones de euros (15.000 millones de pesetas). Volkswagen anunció ayer que recurrirá la sentencia ante el Tribunal de Justicia, cuyas decisiones son irrevocables. Bruselas prepara acciones similares contra Opel, Daimler-Chrysler, Renault y Citröen-Peugeot.

La decisión del Tribunal de Primera Instancia supone un paso más para que la multa a Volkswagen se convierta en la sanción más alta jamás acordada contra una empresa europea por atentar contra las normas del libre mercado. La Comisión acordó el 28 de enero de 1998 sancionar al consorcio alemán porque impedía a los ciudadanos de Alemania y Austria (países donde los Volkwagen son los más caros de Europa) adquirir vehículos de la marca alemana en el mercado italiano, donde los precios eran más bajos que en sus países de origen. En el momento en que se produjeron las prácticas anticompetitivas (1993-1996), Italia estaba fuera del Sistema Monetario Europeo (SME). Esto le permitía tener una política monetaria propia. Italia mantenía su moneda, la lira, a un nivel bajo en comparación al resto de Europa para impulsar sus exportaciones.

Volkswagen puso en marcha un sistema de primas entre sus concesionarios italianos para restringir las ventas a los ciudadanos extranjeros. Conseguía así que los compradores de Alemania y Austria adquiriesen sus vehículos Volskwagen en sus países a un precio más alto que en el mercado italiano, con la consiguiente mejora del margen de beneficios para el fabricante.

Se trataba de un atentado contra el mercado interior en todo sentido: no sólo porque se oponía al libre tránsito de mercancías más allá de las fronteras nacionales, sino que su objetivo era además mantener los precios altos en un mercado mientras en el del país vecino no tenía más remedio que bajarlos para competir con los fabricantes rivales.

Cierre de un mercado

El Tribunal de Primera Instancia, ante el que apeló Volkswagen tras la decisión de la Comisión Europea, ha ratificado la condena por entender que, aunque los constructores de automóviles gozan de una derogación que les permite limitar a sus propios concesionarios la venta de sus productos, esta derogación de la normativa de la competencia no les permite cerrar el mercado hasta el punto de decidir la nacionalidad de los potenciales compradores.Aunque da la razón a la Comisión sobre el fondo del asunto, el Tribunal de Primera Instancia ha recortado la multa decidida por la Comisión por entender que la infracción se cometió entre 1993 y 1996, sin que la Comisión haya podido demostrar que se hubiera prolongado más allá de ese periodo. La multa ha sido rebajada de 102 millones de euros a 90 millones de euros. La multa, que se puede elevar hasta un máximo equivalente al 10% de las ventas anuales de la empresa sancionada, se fija de acuerdo con la gravedad de la infracción, de su duración y del tamaño de la empresa.

El Tribunal de Primera Instancia le ha dado también un tirón de orejas a la Comisión Europea porque a su juicio no ha respetado el principio de confidencialidad de las investigaciones porque el montante de la multa se hizo público antes de que la decisión fuera formalmente adoptada. Se da la paradoja de que el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung publicó ayer la noticia de que se reduciría la multa.

La Comisión Europea, que celebró que el Tribunal de Primera Instancia le haya dado la razón en su litigio con el consorcio alemán, confirmó ayer que está investigando a otros cuatro grupos automovilísticos por prácticas semejantes a las reprobadas a Volkswagen. Los expedientes abiertos a Opel Holanda y a Daimler-Chrysler pueden estar listos antes de fin de año. Las investigaciones a Renault y al grupo Citröen-Peugeot están en una fase todavía previa. No obstante, la Comisión no facilitó detalles sobre esas investigaciones.

Los Automovilistas Europeos Asociados (AEA) calificaron la multa de "ejemplificadora para que otras marcas se abstengan de intentar aprovecharse de los consumidores".